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SYET

Lo que todo parecía un juego,
lo que todo era tener paciencia,
aguantar, esperar, inventar,
noches de insomnio, días de nervios,
incongruencias varias, letras solitarias,
y números que las acompañaban,
se ha convertido en el mejor regalo de cumpleaños
que alguien puede hacerte.

Ya no sólo por el destino final,
sino por todos los peldaños que hemos tenido que escalar
para alcanzarlo.

GRACIAS POR SER.
Lo que todo parecía un juego,
lo que todo era tener paciencia,
aguantar, esperar, inventar,
noches de insomnio, días de nervios,
incongruencias varias, letras solitarias,
y números que las acompañaban,
se ha convertido en el mejor regalo de cumpleaños
que alguien puede hacerte.

Ya no sólo por el destino final,
sino por todos los peldaños que hemos tenido que escalar
para alcanzarlo.

GRACIAS POR SER.

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