El escolta norteamericano, que continúa con su puesta a punto, valoró sus primeros días en Melilla y en la entidad, afirmando haberse adaptado perfectamente. Además, destacó que ya ha comenzado a ver las primeras diferencias con el baloncesto estadounidense y se mostró con ganas de jugar sus primeros minutos con el equipo. Tras sus primeros entrenamientos con el grupo, el escolta californiano del Melilla Baloncesto aseguró sentirse encantando. “Está yendo bien hasta el momento. Es diferente a lo que hacía en los Estados Unidos, pero me gusta”.
Pocos entrenamientos con sus nuevos compañeros que, sin embargo, han resultado suficientes para que Butterfield se encuentre ya adaptado al equipo. “Me gustan mis nuevos compañeros. Son una gente encantadora y estoy disfrutando mucho jugando con ellos”, recalcó.
“Sin duda voy a mejorar. En estos primeros entrenamientos he estado algo cansado por el largo viaje pero voy a ir yendo a más”, explicaba acerca de cómo se ha sentido físicamente en estas primeras sesiones. Para lo que sí le han servido las mismas al nuevo escolta del conjunto melillense es para empezar a ver las diferencias entre el baloncesto universitario y el europeo, incidiendo en que lo más relevante es “saber entender el juego sin balón y los bloqueos que son muy físicos. Eso es bastante distinto al baloncesto en Estados Unidos”.
Esta semana el Melilla Baloncesto realizará su última gira de pretemporada, en la que disputará tres encuentros, los primeros para Butterfield con la camiseta del decano. Por ello, reconoció que está deseando poder jugar. “Estoy feliz de que se lleguen ya estos encuentros. Tengo algunas dudas de saber cómo es de verdad el juego, pero estoy entusiasmado”, afirmó
Por último, a Spencer Butterfield se le cuestionaba sobre cuáles han sido sus primeras impresiones sobre la ciudad y el Club. “El tiempo es bueno, la gente es muy amable, me encanta el cuerpo técnico, lo que saben y lo bien que me están tratando”, declaró el escolta estadounidense, quien ha sido el último en ponerse a las órdenes de Alejandro Alcoba.