Alejandro Davidovich ha caído hoy de forma honrosísima, ante el cabeza de serie número uno del torneo, Alexander Zverev por 2/6,7/6 7/6, y ello da como consecuencia que España se queda sin ningún representante masculino en el torneo desde los octavos de final (cuarta ronda). (Foto Europa Press).
Pilar Cayuela/Enviada especial al Mutua Madrid Open
Pero no hay que preocuparse, la tropa de directivos, director, gerentes, jefes de marketing deportivo y demás, formada prácticamente por tenistas retirados, exentrenadores de tenis, expertos en marketing y demás, seguirán llevando las riendas del tenis español, hasta que los potenciales espectadores empiecen gradualmente a cambiar de deporte, para emocionarse más y divertirse en otras modalidades deportivas que les permitan amortizar el pago de la entrada o los abonos ¡siempre que tengan que realizar esos dispendios! Porque los que acuden “de gorra”, que cada vez son más, les puede dar igual que gane el torneo cualquier nacional de otro país, aunque tenga un juego mediocre, como empieza a ocurrir, también, con más frecuencia.
El caso es que el partido de hoy entre el alemán y el español, ha sido bueno y emocionante. Siento la derrota del español, pero Zvered ha dado una lección de como se remonta y se termina ganando un partido, cuando se cometen errores más de los habituales, no se está jugando bien (primer set) y encima nos encaramos con el árbitro (de solvencia acreditada a nivel internacional) y de paso también con la mayoría del público que en ese momento llenaba la central y que lógicamente quería que ganara el español.
En los estertores finales del segundo set, Zvered discute indignado con el árbitro una bola que favorecía al español y que el sistema automático había sancionado ya en ese sentido. En pleno rifirrafe y ante el estupor general, el alemán sacó de su bolsa de deportes su móvil y le hizo una foto a la marca que según él había dejado la bola y que le era favorable a sus intereses. Mohamed D. le hizo una advertencia por conducta antideportiva y el público además se puso “de uñas” contra el alemán, que estaba a dos juegos de perder el segundo set y por tanto el partido…
A partir de ese momento, Zvered se concentró tanto que, a base de conseguir saques excelentes y magníficos golpes cruzados de revés, sobre todo, subir a la red cuando había que subir, que consiguió llegar al tie-break y ganar el set, dejando a Davidovich con sólo tres puntos.
El tercer set fue muy igualado también, con el español con la ilusión renovada, incluso obligando al alemán, tras un gran esfuerzo a ganarse el derecho a jugar el tie-break y el alemán dio nuevamente una exhibición de tenis y templanza que dejó al español con cero puntos y con el público, que anteriormente ya había perdonado al alemán, ovacionando a los dos jugadores, tras haber presenciado un partido de los que no se olvidan fácilmente. Ah, al finalizar, el árbitro y el jugador alemán se intercambiaron una sonrisa de complicidad al despedirse.
