El cuerpo de la joven Dina, la melillense de 34 años embarazada de seis meses que perdía la vida el pasado viernes en el Comarcal, no podrá ser enterrado por el momento. El motivo es que la familia, además de presentar denuncia contra el personal sanitario que atendió a la gestante, no descarta contratar los servicios privados de un especialista para realizar una segunda autopsia, además de la que fue sometida ayer lunes, para determinar las causas del óbito. Su familia se pregunta cómo fue posible que cuando acudió a urgencias la primera vez le dieran el alta a pesar de ser un embarazo de alto riesgo por sus antecedentes médicos. El abogado de la familia, José Ignacio Gavilán, confirmó que ayer mismo el marido de Dina, interpuso denuncia contra "el personal sanitario no identificado" que atendió a la joven en urgencias del Hospital Comarcal. La madre de la joven también presentará denuncia. Hoy, acompañará al ya viudo, al centro hospitalario para "que le permitan ver a su bebé fallecido y para que nos faciliten la historia clínica" de la joven fallecida. Con esta documentación acudirán al juzgado a formalizar la acusación particular para que "nos proporcionen copia de todas las actuaciones".
También pretenden entrevistarse hoy con el responsable del servicio de Tocoginecología, "por si puede darnos algunas explicaciones, porque sabemos que están haciendo una investigación de oficio".
Autopsia
Confirmó el letrado que por el momento no podrá llevarse a cabo el esperado sepelio de la joven madre y su bebé, puesto que la familia no descarta contratar los servicios de "un buen profesional" para realizar una nueva autopsia "que determine si ha habido mala praxis o negligencia por parte de algún personal sanitario del hospital". Los afectados desconocen los resultados de la autopsia que se realizó ayer lunes. "Extraoficialmente me han comunicado que se ha practicado y que se han remitido parte de los órganos al Instituto Nacional de Toxicología para su análisis y esto puede durar meses".
El abogado reconoció que no cuentan con los datos necesarios para "poder afirmar con rotundidad nada", pero entiende que "no hace falta ser médico para sospechar o intuir que ha habido una negligencia grave por parte del facultativo o facultativos". Lo que queda claro para Gavilán es que "no es normal que una persona con un embarazo de alto riesgo, porque (Dina) padecía diabetes, cardiopatía e hipertensión, que acude por un dolor de riñones y en veinte minutos la atiendan y la envíen a casa". Considera que tenía que haber sido "puesta en observación en Ginecología o en la UCI y no mandarla a casal". Hasta que no tengan los resultados de la autopsia oficial y la que de seguro contratará la familia, "es mejor tener un poco de precaución y no decir nada".
Aclaró que la denuncia interpuesta es contra el personal sanitario de Urgencias y no contra el servicio de ambulancias, sobre el que la familia tiene también sus quejas: "Según manifiesta el viudo, tuvieron algún incidente con la ambulancia, que les dijeron que lo mismo que le estaban haciendo en la casa era lo que le iban a hacer en urgencias, y no se la llevaron hasta que sucedió algo".
"Se fueron las dos, mi mujer y mi hija"
Visiblemente emocionado, el marido de Dina agradeció ayer las muestras de cariño recibidas pero se pregunta qué ocurrió porque en unas horas lo perdió todo: "Se fueron los dos, mi mujer y mi hija".
Las hermanas de Dina explicaron a la prensa que el pasado jueves la joven se sentía muy mal, que se quejaba de dolores fuertes en la barriga y que el marido la llevó a urgencias. "Le pusieron suero y una inyección que creemos fue un calmante, y la ginecóloga le preguntó si estaba mejor. Ella le dijo que seguía con dolores, pero menos fuerte y entonces la mandaron a casa. La atendió su ginecóloga, que sabe la patología que tiene", relatan.
"Se levantó de madrugada con los síntomas más agravados. La lengua se le iba para atrás y el marido se la tenía que sacar para que no se ahogara. Tenía temblores, palpitaciones y dolores. Llamó a la ambulancia que cuando la atendió, dijo que le dieran un vaso de leche con galletas, en vez trasladarla a urgencias", se lamentaron.
Según las hermanas, por boca de su madre que estuvo presente durante el suceso, la joven Dina empezó a tener convulsiones, "como si le dieran ataques epilépticos, y el marido les decía lo de la lengua". "Le pusieron la mascarilla de oxígeno y al ponerle una inyección empezó a retorcerse. Los ojos se le iban. En ese momento se la llevaron a urgencias. Lo lógico hubiera sido llevársela antes de darle el vaso de leche", insisten. De nuevo en urgencias, "tuvo que ser reanimada por lo visto y le practicaron una cesárea para intentar salvarle la vida pero la niña no lo aguantó, porque era muy débil, muy pequeña y también murió".
“Ojalá esto no vuelva a pasar”
Ayer pudieron entrevistarse con responsables del Hospital Comarcal, que les comunicaron que se ha abierto una investigación y que la especialista que atendió a Dina "le dio el alta porque estaba segura que no había riesgo, que se le habían hecho pruebas, como un cardiograma y que la niña estaba bien y que por eso la mandó a casa". Pero apostillan que Dina debió haber quedado ingresada en observación la primera vez que acudió a urgencias porque "la médica sabía que era una paciente de alto riesgo de muerte y que debía tener controles severos".
Entienden que si desde el punto de vista ginecológico no presentaba problemas tras haber sido atendida, que la hubieran derivado a otros especialistas para completar el diagnóstico y la atención sanitaria. "Si es una persona de alto riesgo, no es cuestión de estudios, sino de sentido común el haberla dejado en observación. Ahora hemos perdido a una hermana y a una sobrina. Ojalá que esto no suceda a nadie más".
