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SODEMEL: El negociado de descuentos en los transportes es vital para Melilla

SODEMEL, al publicar sus 23 propuestas, indicaba el negociado de descuentos en transporte como una de las propuestas a corto plazo que desde la Ciudad Autónoma se podrían llevar a cabo para revitalizar el flujo de personas no residentes que vienen a visitar la ciudad, entendiendo que dicho flujo reportaría beneficios tanto directos (más turismo, más comercio) como indirectos (promoción de la ciudad). Ante la liberación de los 14 millones de euros destinados al concurso de de la línea Málaga-Melilla, se abren muchas posibilidades.

Una de las propuestas a corto plazo presentadas por SODEMEL es el negociado de los precios del transporte para favorecer descuentos en los traslados, aéreos y marítimos, para los no residentes en Melilla que vengan de visita a la ciudad. Ésta es otra de las medidas urgentes presentadas por SODEMEL, que se fundamenta en el convencimiento de que la administración se equivoca al negociar descuentos únicamente para el transporte de residentes y familiares. SODEMEL plantea que Melilla comete el error de mirar sólo hacia dentro cuando, de ofrecerse precios competitivos a los “no residentes”, muchos podrían valorar la posibilidad de visitar la ciudad, que cuenta con un incuestionable abanico de atractivos, especialmente tras la puesta a punto que se ha llevado a cabo en lugares como Melilla la Vieja o el centro durante los últimos años.
La “liberación” de los 14 millones de euros que el Gobierno había destinado en los Presupuestos Generales del Estado para el concurso de la línea marítima Málaga-Melilla, tras asumir el servicio Trasmediterránea con una oferta de cero euros, deja “en el aire” una significativa cantidad de recursos que podrían ser destinados bien a la subvención de los costes del transporte de mercancías -como ya se expuso en un artículo publicado el 14 de septiembre-, bien al negociado de descuentos en transporte para no residentes, bien para ambos.

Sinsentido
Melilla está, a día de hoy, a un mundo de distancia para los españoles peninsulares. La opción más barata (ida y vuelta para un no residente) de llegar a la ciudad es el barco, que oscila entre los 70 (Balearia) y los 76 euros (Trasmediterránea), en butaca y con trayectos que oscilan entre las 5 y las 7 horas de duración. Y eso sin entrar en los costes derivados de viajar con vehículo a bordo.
La opción más cómoda y rápida, el avión, teniendo en cuenta que optemos por el trayecto más barato (Málaga, ida y vuelta) y que seleccionemos la tarifa más económica (sin maleta), ascendería a 200 euros de media…
Esta situación es un sinsentido, máxime si consideramos que volar a Melilla, este puente -para un no residente- supondría cerca de 700 euros. Esperar que un visitante haga semejante desembolso, cuando “ponerse” en Nueva York -en las mismas fechas- costaría en torno a 150 euros menos, es la más absoluta sinrazón. Es por ello que, desde SODEMEL, se insta a las autoridades a reconsiderar su enfoque acerca de las ayudas al transporte.

Un error conceptual

Si bien facilitar al melillense los viajes hacia y desde la península, por su extremadamente peculiar situación, es una muy buena medida -necesaria para evitar la situación de encierro que podría generar la inexistencia del descuento por residencia- tal vez es el momento de mirar más allá de la propia población melillense, en lo que a dichas facilidades respecta. Melilla necesita visitantes, no puede depender exclusivamente del consumo interno, y los visitantes sólo pueden venir de dos lugares: desde más allá de la frontera y desde la península. En el caso de la frontera, mientras los pasos estén colapsados, no hay esperanzas de recuperar el flujo de clase media marroquí que venía a comprar a la ciudad, por lo que, independientemente del momento en que dicho problema se solucione, la Ciudad debe hacer un esfuerzo en “cambiar el chip” y facilitar, mediante el negociado de descuentos y la aplicación de subvenciones, la afluencia de visitantes no residentes. Un buen avance en esta línea, aunque insuficiente, fueron los descuentos para familiares, pero SODEMEL plantea la necesidad de cambios más ambiciosos. Melilla no será un destino atractivo, por mucho esfuerzo que se haga desde el Gobierno local, hasta que no sea asequible llegar hasta aquí.

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Fernando Lamas Moreno

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