Una situación que en absoluto debe conducir a ningún tipo de alarmismo. como lo demuestra el hecho de que la Comandancia General de Melilla señalaba el lunes que la circular enviada por el Ministerio de Defensa recomendaba adoptar las mismas medidas de seguridad a las Unidades militares melillenses, que a las de cualquier otra ciudad española. Todavía no ha cesado en algunos círculos la conmoción que produjo el atentado yihadista contra la publicación Charlie Hebdo. Un tiroteo llevado a cabo en París el 7 de enero de 2015, cuando dos hombres enmascarados y armados, con fusiles AK-47, una escopeta y un lanzagranadas, entraron en las oficinas del semanario satírico francés, que había atraído la atención mundial por sus representaciones del profeta islámico Mahoma. El ataque causó la muerte de doce personas, incluyendo el editor «Charb», otros ocho empleados de Charlie Hebdo y dos agentes de la Policía Nacional mientras que otras once resultaron heridas.
Los ecos de la terrible masacre continúan y en determinados sectores aún sigue latente el estupor que ha suscitado la terrible masacre. Sobrecogedor, el testimonio que la actriz española afincada en Francia y mujer de gran compromiso, Victoria Abril, relató el pasado sábado en una cadena televisiva española.
Un atentado con inmediatas consecuencias en los países del entorno, entre ellos España, que hace tres días y a través del Ministerio de Interior elevaba el nivel de alerta al grado 3 de baja intensidad.
Melilla por su implicación geopolítica se encuentra en una situación no exenta de un cierto tipo de singularidad. No en vano a lo largo de la pasada anualidad, los agentes de la Comisaría General de Información del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron en cuatro ocasiones a integrantes de células terroristas asentadas en el melillense barrio de la Cañada de Hidúm.
Una situación que llevaba ayer a José Manuel García Margallo, ministro español de Exteriores a recordar que Ceuta y Melilla son un “punto de tránsito” de combatientes yihadistas que han ido a luchar a Siria e Irak y han regresado posteriormente con la consiguiente amenaza que su vuelta supone para Occidente. En consecuencia, ha instado a la UE a que haga un esfuerzo para controlar la frontera de ambas ciudades para evitar el avance del yihadismo y de otros desafíos.
Una situación que, en absoluto, debe conducir a ningún tipo de alarmismo, como lo demuestra el hecho de que la Comandancia General de Melilla señalaba el lunes que la circular enviada por el Ministerio de Defensa recomendaba adoptar las mismas medidas de seguridad a las Unidades militares melillenses, que a las de cualquier otra ciudad española y, similares también a las que se deben tomar en el resto de organismos e instituciones del Estado, lo que nos lleva a la conclusión de que no existen condiciones especiales para crear algún tipo de alarmismo, pero que tampoco se debe bajar la guardia.