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¡Será en septiembre!

Francisco Robles

Parece premonitoria la fecha escogida, ya que la palabra septiembre -de origen latino- significa siete meses, justo la frontera en la que los expertos, sitúan la duración media de efectividad de la vacunación contra la Covid –aunque con las variaciones de la idiosincrasia humana-;  septiembre será también una especie de Rubicón para otras cuestiones, como la llegada de la recesión económica –que parece imparable para nuestro pesar-, o el inicio del curso político que abre un año 2023 lleno de elecciones y/o de ilusiones.

Tras el extraño episodio del pasado junio, de la corrección a la ministra desde su propio ministerio -al anunciar la vacunación para toda la población, cuando sólo estaba prevista para los mayores de 80 años-, se ha aprobado en el seno de la Comisión de Salud Pública, y sólo cuatro días después de aprobarla para los mayores de 80, la cuarta dosis para los mayores de 60 años.

Realmente sólo lo preocupante de la situación epidemiológica, ha obligado a la ministra de sanidad -Carolina Darias-, ha señalar septiembre como la fecha para la administración de la cuarta dosis de la vacuna; y aunque la ministra no ha sido más precisa, todo indica a pensar que será en la última semana cuando se inicie. Todo esto ya se señaló desde este espacio de opinión hace más de dos meses, y no se dijo por sapiencia sino por experiencia.

Aunque llegado el momento la vacunación se hará con las vacunas actualmente en vigor, ya que la actual ola no permite más dilaciones –si no vamos ya tarde…-, el ministerio anhela la llegada de las nuevas vacunas, efectivas frente a las variantes que actualmente dominan el espectro causal de las infecciones; y es lógico, porque la protección con éstas sin duda sería más eficaz y coste-efectiva. Pero las mismas aún tienen un “camino” que recorrer, en primer lugar su aprobación por la Agencia Europea del Medicamente (E.M.A.), lo que no se prevé sea antes de septiembre, posteriormente su aprobación nacional, su distribución, aprobación del calendario y finalmente su administración.

Si a ello le unimos que estaremos al regreso de las vacaciones, con la administración bajo mínimos, el mes de septiembre no es un mal objetivo, incluso puede ser hasta algo optimista; necesitamos serlo en esta pandemia, porque el pesimismo se enseñorea de nuestras vidas y de nuestras calles, ante tantos y tan variados desastres, a nivel mundial, nacional y hasta local.

Tanto la EMA como el Centro Europeo de Enfermedades Trasmisibles, recomendaron en abril vacunar a los mayores de 80 años, y desde junio lo hacen para los mayores de 60 años, e incluso hablan de la necesidad de una quinta dosis en otoño; sólo cabe un criterio economicista, que por otro lado la crisis económica que sufrimos -y peor que se va a poner- lo justifica, puede ser la causa de que no se haya iniciado ya, como han hecho otros países.

En España, como en la mayoría de países de Europa, vamos como los malos estudiantes a septiembre, al no haber superado en junio las pruebas –¡recordar que tenemos unas malas  tasas de la tercera dosis de la vacuna!-, deseemos que esta vez y aunque sea en septiembre, superemos la prueba y con ello, la epidemia.

N.A.- Este espacio de reflexión personal lo reservaba hoy, al homenaje que el colegio de Veterinarios de Málaga ha hecho en su revista semestral, a la persona del veterinario Miguel Prado Foenquinos, fallecido en Málaga en febrero pasado, y que fue ejemplo del ejercicio profesional en Melilla, y sin duda un referente nacional en la Lucha Antirrábica.

Sin embargo, esta honrosa referencia, la debe de compartir Miguel -y estoy seguro de que estaría complacido en ello-, con el lamentable episodio del expediente abierto a un veterinario por la Consejera de Salud Pública; conozco a este funcionario desde hace más de 30 años, siendo ejemplo su carrera profesional de capacidad y rectitud en su ejercicio, y aunque desconozco en profundidad los detalles -por eso lo pongo en condicional-, sería muy preocupante que en la base del mismo, estuviera la prevalencia de convicciones personales sobre el parecer de los técnicos, en un tema como el de la rabia y en Melilla. La Salud Pública es un área vital, y especialmente la lucha antirrábica en Melilla por ser endémica la rabia en Marruecos, por ello confío en que la verdad –y la cordura- al final se hagan patentes, ya que la realidad ni se puede falsear ni se puede ocultar, y hacerlo sería muy irresponsable.

El artículo dedicado a Miguel Prado está disponible en la web https://colegioveterinariosmalaga.es/el-colegio/revista/

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