Lo dije no hace muchas fechas y lo vuelvo a repetir hoy: «Este es el peor equipo que ha tenido la U.D. Melilla a lo largo de muchísimas temporadas, y no digo es más malo para no ofender a cuantos integran su plantilla de jugadores. ¡Qué vergüenza, qué forma de hacer el ridículo por esos campos que visita, arrastrándose como un conjunto ramplón, incapaz de inquietar a ningún rival. Y no es que lo diga por capricho, lo dice su trayectoria: En 23 encuentros jugados, sólo ha ganado en cuatro ocasiones; ha empatado ocho y perdido el resto. 23 jornadas en las que solamente ha marcado 21 goles. ¿Cómo puede pedirse con esa lamentable trayectoria que acuda público al Estadio Municipal?
¿Y qué podemos decir, para más inri, de su situación económica, con lo que adeuda a Hacienda, a la Seguridad Social, tal vez a algunos acreedores y, para colmo, los dos años más que tenía firmados al entrenador, Sr. Currás?
He dicho antes, la U.D. Melilla de esta temporada ha confeccionado el peor equipo a lo largo de muchos años y todo por tener una Junta Directiva, con su presidente a la cabeza que, por mal hacer, tenía que haber dejado el club antes que saliera el entrenador que ha echado a la calle y al que, supongo, habrá de abonársele lo que se le debe, nada menos que lo estipulado en los dos años firmados aparte el que no ha terminado de cumplir. ¡Qué desastre…!
Es posible que alguno de esa junta directiva, e incluso su presidente, digan de mi por este comentario que hago hoy que soy un anti melillista, un derrotero con ganas de hacer daño. Quienes me conocen saben que no es verdad. En mi trayectoria profesional, y ahí están las hemerotecas, siempre he estado de parte de ese club, con las buenas y con las malas. Más en estas últimas que en aquellas, porque cuando todo va bien es fácil hacer crónicas, críticas o comentarios, pero cuando se dan mal, entonces hay que echarle gaitas para hacer ver a toda una afición que lo que necesita ese club es el apoyo en lugar de lo otro.
Hoy escribo de la forma que lo hago porque estoy muy dolorido con lo que está ocurriendo en el club de fútbol titular de la Ciudad y todo, no hay que buscarles más pies de los que tiene el gato, de unos dirigentes que no saben lo que llevan entre manos: pésimos administradores -ahí tienen el club empeñados hasta las cejas- y en cuanto a lo deportivo, ahí está el equipo que, como el nuevo entrenador no haga un milagro, camino de la Tercera División.- Lamentable.
