Fue el pasado viernes día 8 en el teatro Alhambra de Granada. Nada más abrir el telón, la presencia espectral del tronco con raíces desesperadamente retorcidas de un enorme árbol que se niega a morir, anunciaban que estaba en presencia de una obra extraordinaria: “Seguramente vendrán mañana”, dirigida por Carmen Ruiz-Mingorance, escrita por Esther Pérez …
…Arribas inspirada en textos de Samuel Beckett, escenografía de Juande Martín e interpretada por Cristina Carrascosa (Cipri), Inma González (Pepa), Carmen Hérnandez (Paquita) y Carmen Ruiz-Mingorance (Luis y Julia).
Tras el primer impacto estético generador de un ambiente asfixiante, el desarrollo circular de la pieza gira en torno al absurdo, pero no el sinsentido metafísico hacia el que apunta “Esperando a Godot” en un horizonte abierto, sino el que señala hacia abajo, hacia las cunetas, hacia las víctimas de aquella orgía de crueldad que fue el franquismo y que mantiene encerrados en fosas comunes a miles y miles de seres humanos desde hace 79 años y que esperan un mañana que nunca llega para ser dignificados.
Por tanto una obra radical en donde la crítica social, política y religiosa nos va trayendo a la memoria no sólo al autor irlandés sino también a otros como Bertolt Brecht, Tadeusz Kantor y hasta el mismísimo Federico García Lorca con las célebres cancioncillas de entrañable recuerdo.
En cuanto a la interpretación, decir simplemente que mantener la atención durante aproximadamente una hora con cuatro personajes cuyas acciones son repetitivas como corresponde al vacío, a la nada en la que están instalados, sólo puede ser sostenida por cuatro profesionales de fuste. Y si bien el peso de la obra recae principalmente en Cipri y Pepa, la intervención del humillado Luis (hombre-pueblo), de la fantasmagórica Julia (la hija que empieza a olvidar por el paso del tiempo) aportan un ingrediente esperpéntico rematado con la figura felliniana de Paquita (Iglesia-parásito); un ser carroñero e inmoral que se nutre de los despojos de las calamidades generadas por los hombres. Ni un sólo instituto ni una sola facultad ni un solo teatro ni una sola ciudad ni una sola institución que trabaje en pro de la recuperación de la memoria histórica, debería perder la ocasión de ver esta obra, reclamarla y ofertarla. Es una obra inmensa. Enhorabuena a todo el equipo.