Sánchez, la oligarquía gubernativa y la Constitución

Ceremonia con autoridades en Melilla bajo un cielo despejado

Carta del Editor.

MH, 10/12/2025

Enrique Bohórquez López-Dóriga

 

Homo hominis lupus, el hombre es un lobo para el hombre, esa es la frase que puso Hobbes como máxima en el centro de su teoría política. Ortega profundizó más: el por qué y el para qué son lo que constituye en realidad un hacer humano.

¿Qué van a hacer, hablarán, o no -Ábalos, Cerdán, Koldo, los del trío del Peugeot, origen del sanchismo- de sus experiencias con el jefe de la banda, Pedro Sánchez, el del Frankenstein de Rubalcaba, que asaltó el Estado, sumando a Podemos y los separatistas?

El “pobre Sánchez” -dicho sea con toda ironía- cómo iba a saber que su mano derecha (Ábalos) no estaba a la altura de la superioridad moral de la izquierda, encabezada por el pobre presidente traicionado durante tantos años. “Hace falta ser muy, muy tonto, para que te engañen tantos ex amigos durante tantos años”, dice la mayoría de los españoles. No, no, dice Sánchez, es que soy tan bueno y tan inocente, tan moralmente superior, que mis esclavos me engañan y no agradecen – desde la cárcel- todo lo que les he permitido hacer, sin enterarme de nada.

Si la Constitución no tuviera ese algo de bodrio que Juan Manuel de Prada señala, Melilla no podría seguir estando fuera de la Constitución durante 18.111+ 59 días, que es exactamente lo que está pasando, porque la oligarquía gubernativa así lo quiere

Juan Manuel de Prada no está de acuerdo ni con la Constitución de 1978 -que le parece “un bodrio que permite una cosa y la contraria- ni con eso de la superioridad moral de Sánchez. Escribió el sábado, 29 de noviembre, en el ABC: “Para el doctor Sánchez el abuso del poder es exactamente lo contrario de lo que Montesquieu preconizaba y considera un ‘abuso de poder’ que los tribunales controlen al poder ejecutivo. Cuando el artículo 117 del bodrio constitucional hace emanar la Justicia del pueblo, está entregando la justicia a ese soberano afectivo que es la oligarquía gubernativa. A través de la oligarquía gubernativa, el doctor Sánchez considera que los tribunales tienen que someterse a ella; tienen que allanarse ante los designios gubernativos; tienen que obedecer la voluntad general, encarnada en el doctor Sánchez y sus mariachis y apoyada por los jenízaros de la prensa adicta. Toda resolución judicial que no obedezca esa voluntad general tendrá que ser rectificada, y sus responsables castigados, por querer tutelar o amordazar la ‘soberanía popular’. A los tribunales hay que «obligarlos a ser libres», según la paradoja roussoniana, asumiendo las consignas gubernativas; así se convertirán en auténticos ‘tribunales populares”, que es lo que la chusma gubernativa anhela, para poder exterminar toda forma de disidencia”.

Si la Constitución no tuviera ese algo de bodrio que Juan Manuel de Prada señala, Melilla no podría seguir estando fuera de la Constitución durante 18.111+ 59 días, que es exactamente lo que está pasando, porque la oligarquía gubernativa así lo quiere. El pasado sábado, 6 de diciembre, Melilla, el pueblo de Melilla, tenía pocas razones para festejar el 47º aniversario de la aprobación de una Constitución que, en nuestra ciudad, no se cumple. Y eso es lo que ocurrió: escasísima presencia de melillenses en un acto que debería ser de alegría multitudinaria y que, sin embargo, resultó descafeinado y, sobre todo, triste.

Lo que hemos conseguido y nos están aportando, con su inmensa calidad, los colaboradores habituales del periódico, es un milagro, casi tan grande como la propia existencia de nuestro periódico local durante más de cuarenta años y medio

Los colaboradores de MELILLA HOY

Lo que, a lo largo de los años, hemos conseguido y nos están aportando, con su inmensa calidad, los colaboradores habituales del periódico, es un milagro, casi tan grande como la propia existencia de nuestro periódico local durante más de cuarenta años y medio. Y es un lujo, para una ciudad pequeña, que nuestros colaboradores nos ayuden, tanto, a sobrevivir, no solo a MELILLA HOY, sino al conjunto de esta gran, histórica y desconocida ciudad que es Melilla, a la que su oligarquía gubernamental martiriza con esa admiración y ese desvío de recursos -públicos, claro- hacia lo de fuera, despreciando lo mucho que tiene dentro.

A modo de ejemplo y utilizando solo, para simplificar, como referencia próxima nuestro periódico del domingo pasado, por orden de aparición, escribimos, ese día: Enrique Bohórquez, yo, que también soy colaborador, con un artículo sobre “Melilla, esa desconocida, que lo seguirá siendo si el partido político lo es todo y donde, como ciudad comunista que económicamente somos, ser empleado público es la aspiración de casi todos los melillenses ; Gonzalo Fernández, con un extraordinario artículo sobre algo tan importante como “el vínculo transatlántico”, una alianza que nació de una convicción moral: que la paz y la libertad eran inseparables; la Redacción M, sobre otra metedura de pata de Hacienda y su retraso de la implantación de un nuevo reglamento de sistemas de facturación que va a ahogar a pequeñas empresas y autónomos; FB y su Semanario QUEZ, sobre el desorden regulatorio que caracteriza al Gobierno Sánchez, “un símbolo del desorden y la ineptitud que paralizan a España”; Miguel Platón y su tradicional Agua de Trara, “Todo es mentira”, resaltando que el debate público no es político, sino moral.

A todos los que he citado -excluyéndome a mí- y a todos los demás que colaboran habitualmente con Melilla, a través de nuestro -y de ellos- periódico, nuestro infinito agradecimiento.

 

Loading

avatar de autor
Enrique Bohórquez López-Dóriga

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€