El que nos ha dado hoy domingo día 5 el padre Antonio, dejándome cabreado. No reaccioné hasta llegar a la cafetería, donde me esperaban "yosuhombre" y mi "yosupadre", nada más llegar empecé a contarles de mí pecado por enfurecido, y sufriendo emocionado desahogo, acongojado terminé compungido como un niño. Yo que pensaba en la eternidad amistosa y en el bautizo del nieto cuando venga, fuese realizado por el reverendo padre Antonio. El que por su sociabilidad y tacto personal natural y religioso, había me convertido en mayor creyente aunque tuviera que poner la otra mejilla cosa tan difícil para mí. Él, que más de una vez con su general y pública palabra social y llana, me ha llamado indirecta y abiertamente la atención por mi comportamiento o pensar, sin nadie darse cuenta de ser yo pecador, haciéndome más devoto y orador, recordando las cantadas oraciones, aquellas que de pequeño calasancio (Escuelas Pías de San José de Calasanz) cantaba con entusiasmo y fe, en mí Madrid del alma.
Él, que construye la fe y la moral cristiano católica en oposición a la destrucción que otros causan con sus malos ejemplos contrarios a la virginidad de la fe, he incluso a la ley (los 10 Mandamientos). Y yo me pregunto ¿por qué la curia romana me hace esta faena de separarlo de nosotros para mandarlo a Inglaterra? ¿Qué falta hace él en tierras protestantes y Ordenes de Orange que se ríen con desfiles y provocaciones a la cristiandad? Después de llevar 10 años en España (Melilla) y teniendo a su familia (padre) necesitados de su contemplación cercana en su pueblo natal, cuando ya ha hecho anteriormente un servicio de 7 años en el Bronx neoyorkino; eso no es suficiente para tenerlo en cuenta y dejarlo más cerca de su familia natural… Después de 17 años alejado de ellos.
Y egoístamente digo que ya me la hicieron otra vez en Guinea Ecuatorial, y me la vuelven a hacer ¿ahora? Cuando con 76 años yo, casó él a mi hija Rocío con mi político hijo Jose, con la bondad y agradabilidad mayor que se pueda tener, no mostrando insensibilidad de desagradable trato, ni Rojo de carácter e insensibilidad hacia los jóvenes con fe y creencias. Sino todo lo contrario, por un atractivo servicio hacia la sociedad espiritual católica, sin mancha alguna de sentirse forzado al servicio a los demás por las circunstancias que se den en la vida.
Desde estas líneas pido al Obispado y demando a la Curia, suspenda el traslado del padre Antonio fuera de Melilla. Amén. Con reverendos así, la iglesia gana y convence en la fe a más creyentes. Ahora bien, "no para vestir a un Santo, hay que desnudar a otro"…
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San Francisco Javier, vaya tortazo