Si a los que lo conocimos y lo quisimos nos resulta difícil escribir de ese gran personaje llamado Salvador Ramírez Vélez, puedo imaginar los sentimientos que habrá sentido en el transcurso de creación de su primera obra literaria, su hijo Salva que ayer presentó en la Asociación Los Cabales, "Rendirse no es una opción". Un homenaje en toda regla a la figura de su recordado progenitor. “Decidi escrbir algo positivo tras la muerte de mi padre”, así comentaba “Salva” a MELILLA HOY, la idea de plasmar su sensaciónes tras la penosa y traumatica experiencia vivida ante su pérdida. “Me negaba a pensar que mi padre se lo había llevado un cáncer y se había acabado todo”. Entonces pensó que tenía que llevar a cabo un último vínculo con él “y como de pequeño siempre íbamos a correr, me inscribí en mi primer triatlón de media distancia, – prueba que consta de casi dos kilómetros de natación en aguas abiertas, noventa de bicicleta y media maratón a pie-, para plasmar en un libro la experiencia, con ese legado y el buen hacer que él me dejó y, de esta forma hacer más grande, si cabe, su recuerdo” .
Un auténtico homenaje paternofilial a todo lo que Salvador Ramírez hizo, entre otras muchas cosas, por la Prensa escrita de esta ciudad.
Una historia personal e intimista, que se enmarca en la narración, prologada por Rocío García Linares en la que Salva R. Berenguer hace continuas idas y venidas a sus recuerdos y vivencias con su padre, fallecido y con sus más allegados.
Impronta paterna
En definitiva, una antorcha que los hijos de Salvador, -María José y Salva, llevan con orgullo, a través de su polifacetismo. Buenos profesionales, músicos, cantantes, escritores, fotógrafos, artistas, deportistas y, por encima de todo, unas bellísimas personas, dignos herederos de ese gran amigo que fue, y sigue siendo en el recuerdo, Salvador Ramírez.
