Dice Fernando Ledesma, antiguo ministro de Justicia de uno de los Gobiernos de la historia reciente de España, el de Felipe González, Ejecutivo caracterizado por la comisión de numerosos actos de corrupción, que hay que contrarrestar el neoliberalismo pues, en los últimos años, habría contribuido a desmantelar el Estado del Bienestar.
Este sería el balance final de la historia reciente de España, desde la transición hasta nuestros días. Ahora bien, ¿es eso cierto? Me temo que una vez más aquí cada uno cuenta la historia como le viene en gana, pero vayamos por partes.
Dice el ex ministro que fue en 1978 cuando “el pueblo tomó conciencia de que es titular de la soberanía”, ¿en serio? ¿Quiere eso decir que antes de esa fecha nadie en este país era consciente de ello? ¿Se lo preguntó usted a los españoles? La respuesta es no y su afirmación no deja de ser una declaración política sin sentido, del estilo de las que estamos acostumbrados a escuchar continuamente. Afirma que los nuevos partidos surgidos deben ser vistos “con esperanza”. ¿En serio cree usted eso? ¿Debemos ver con esperanza a Bildu, el partido de la ETA, o a Podemos, un partido comunista que quiere acabar con la constitución española? Dice usted que son formaciones de reciente creación y necesitan un tiempo de rodaje, como Ciudadanos, supongo. Le recuerdo que Ciudadanos tiene ya diez años de historia en Cataluña y Podemos lleva tres años actuando, desde que surgió como plataforma cívica. En cualquier caso lo importante no es eso sino los programas políticos de esas formaciones. Me temo que el de Podemos no es muy democrático.
Dice Ledesma que estas formaciones tienen “vocación” de hacer bien las cosas. ¿Y eso, como lo sabe usted? De momento estamos viendo las barbaridades que dicen y hacen algunos miembros de Podemos, muy lejos de esa bondad que usted proclama. Afirma que los ciudadanos no tienen desapego hacia la clase política. Me temo que usted no lee las encuestas del CIS señor Ledesma pues la clase política es de lo peor valorado por los españoles y además, con razón. Adjunta usted que la política “es imprescindible y tiene un papel esencial” aunque no nos dice cuáles son esos papeles. Creo que los ciudadanos pueden vivir sin políticos y sin la política aunque la Democracia debe contar con ellos para comandar algunas instituciones de gobierno, en cualquier caso, en un nivel mínimo. Por tanto, creo sinceramente que la Democracia podría sobrevivir con un número limitado de políticos. La mayor parte de ellos no hacen nada, excepto calentar un asiento en las distintas cámaras de representación. Este sí es un problema detectado y denunciado por muchos españoles.
Vamos con la traca final, pues el yayo flauta tiene que hacer un guiño a la izquierda. Afirma que estamos en una situación de desmontaje del Estado del Bienestar como consecuencia de la ideología neoliberal que se aplica en estos momentos. Mira, Ledesma, el Estado de Bienestar lo ha socavado la corrupción de Gobiernos como aquel del que tú formaste parte. De todas formas a ti no te afecta ese supuesto desmontaje. Tú vegetas bien en el Consejo de Estado, un órgano oneroso que debería desaparecer. Tú por lo menos tendrás una buena pensión, cosa que, la gente como yo, que nacimos en los comienzos de la transición, no podremos disfrutar, precisamente por ese desmontaje del Estado del Bienestar a través de la corrupción endémica de los distintos Gobiernos después de la transición. Por cierto, tu partido, el PSOE, ha gobernado 21 años, así que alguna responsabilidad tendrá.
Dice usted que el Estado del Bienestar es la herencia más importante del siglo XX, vaya, creía que era la democracia. En ese caso algo habrá que agradecer a la dictadura franquista, pues es en esas décadas cuando se llevan a cabo las primeras reformas importantes. Afirma que hay que evitar situaciones de riesgo y precariedad pues ello redundaría en perjuicio del “contrato social” y la convivencia democrática. ¿De que contrato social me habla? Esto no es más que una teoría hombre, aquí no hay ningún contrato sino una casta política que maneja los recursos públicos financiados por los ciudadanos vía impuestos. Estos impuestos los maneja a su antojo la casta política. ¿Se da cuenta de la carga de inmoralidad que tiene la política? Po eso hay que arbitrar mecanismos de control exhaustivos sobre la clase política y ahí entran en juego los jueces. Dice usted que es muy importante el control judicial para preservar el Estado Social. Bien ¿y para preservar la Democracia, no es importante?
