Si no es por una cosa, es por otro. Las relaciones hispano-marroquíes siempre son difíciles y complicadas, sobre todo cuando están por medios los intereses legítimos de ceutíes y melillenses.
En contra de lo que se dijo, el giro de Pedro Sánchez sobre la cuestión del Sahara Occidental no ha servido de momento para cambiar la situación en las dos ciudades españolas en relación al reino alauí, porque en el tema fundamental de las fronteras terrestres, sigue todo estancado y con ello en el aire la recuperación de la aduana comercial cerrada unilateralmente por los marroquíes el 1 de agosto de 2018, el retorno de la Operación Paso del Estrecho o las condiciones para cruzar de un lado en el momento que se abran, tanto desde vista documental como sanitario, teniendo en cuenta que aún seguimos en pandemia.