Regulares y Legionarios celebran hoy lunes la festividad de su patrona, la Inmaculada Concepción

Parada militar en honor a la Inmaculada Concepción con soldados y una imagen de la Virgen.

La parada militar se desarrollará en la explanada ‘Héroes de Melilla’ de la Base Alfonso XIII y estará presidida por el jefe del Mando de Apoyo Logístico del Ejército de Tierra, Raimundo Rodríguez Roca

 

La explanada ‘Héroes de Melilla’ de la Base Alfonso XIII acoge hoy lunes 8 de diciembre una parada militar por la festividad de la Inmaculada Concepción, patrona del Arma de Infantería, del Cuerpo Jurídico Militar, de los Capellanes Castrenses y de España.

El acto estará presidido por el teniente general jefe del Mando de Apoyo Logístico del Ejército de Tierra, Raimundo Rodríguez Roca, y contará con la presencia de autoridades civiles de la Ciudad Autónoma de Melilla.

El mando de las unidades participantes lo ejercerá el coronel jefe del Grupo de Regulares de Melilla no 52, Carlos José Asensi Moreno.

Durante la semana pasada, el Grupo de Regulares de Melilla no 52 y el Tercio “Gran Capitán” 1º de La Legión han desarrollado diversas actividades, entre ellas el triduo en honor a la Patrona.

Reseña histórica

Según la tradición, el 7 de diciembre de 1585, durante la Guerra de los Ochenta Años, el Tercio del Maestre de Campo Francisco Arias de Bobadilla, compuesto por unos cinco mil hombres, quedó completamente cercado en la isla de Bommel, entre los ríos Mosa y Waal, por la escuadra del almirante Felipe de Hohenlohe-Neuenstein (Holak). La escasez de víveres y ropas secas agravaba aún más la crítica situación.

El jefe enemigo ofreció una rendición honrosa, a la que los soldados españoles respondieron: “Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos”.

Ante tal decisión, Holak ordenó abrir los diques, inundando la zona hasta dejar como único punto firme el montecillo de Empel, donde resistió el Tercio. Fue entonces cuando un soldado, cavando una trinchera, encontró una tabla flamenca con la imagen de la Inmaculada Concepción, hallazgo que fue interpretado como signo de protección divina.

Según la tradición, durante la noche un viento extraordinariamente frío heló las aguas del Mosa, permitiendo a los españoles avanzar sobre el hielo y atacar por sorpresa a la escuadra enemiga al amanecer del 8 de diciembre, logrando una victoria total. Se atribuye al propio Holak la célebre frase: “Tal parece que Dios es español al obrar, para mí, tan grande milagro”.

Este hecho, conocido como el Milagro de Empel, consolidó la devoción por la Inmaculada Concepción.

Loading

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€