Carta del Editor.
MH, 11/6/2025
Enrique Bohórquez López-Dóriga
La manifestación del domingo en Madrid
“Si de verdad el PP quiere llegar al poder, lo primero que tiene que hacer es formular un programa de regeneración democrática que ponga fin a la patrimonialización de las instituciones y el amiguismo que ha marcado la etapa de Sánchez. Es una gran oportunidad para que Feijóo pueda demostrar que hay otra forma de gobernar” (lo escribe el intelectual Cuartango, en el ABC del sábado).¿Formuló Alberto Núñez Feijóo, actual presidente del PP, un programa de regeneración democrática que ponga fin a la etapa de Sánchez, al “sanchismo”, como dijo Feijóo, en su discurso del domingo en Madrid, ante un inmenso gentío? No sé.
Aspirar, el PP, a que Pedro Sánchez les haga caso y dimita, es un imposible, una pérdida de tiempo, una rendición y un error
“Los autoritarios usan el silencio de las personas para ir imponiendo su proyecto impunemente…Se trata de elegir democracia (en vez de corrupción), porque España no puede normalizar la extorsión, la persecución ni las amenazas a quienes estorban a un Gobierno. Sean jueces, fiscales, periodistas, policías, guardias civiles o ciudadanos particulares”, escribió Alberto Núñez Feijóo, en su artículo, “Una rebelión cívica por la democracia”, el día anterior a la gran manifestación del domingo en Madrid, en la que volvió a decir más o menos lo mismo.
Sin embargo y como siempre que está Isabel Díaz Ayuso en un gran acto público, por una u otra razón, al final de ese acto ella se convierte en el centro de la atención…y de la polémica. Esta vez fue porque, como ya advirtió, ella no se iba a poner pinganillos y saldría de la -inútil, como se preveía- reunión de presidentes autonómicos del sábado con el lamentable presidente de la, según él, plurinacional España, de la reunión si no se hablara en un idioma, el español, que todos los españoles, incluidos todos los presidentes de las Comunidades de España, tienen la obligación de hablar y entender. Así lo hizo y de esa decisión de la presidenta madrileña es de lo que se habló más, tanto el sábado como el domingo, después de una manifestación que visibilizó aún más lo que está padeciendo España con este gobierno sanchista.
¿Debieron acompañar, en su corta salida del acto, a la presidenta de la Comunidad de Madrid el resto de los presidentes autonómicos del PP, Imbroda -considerado como presidente autonómico, sin autonomía- incluido? Pues creo que varios de ellos -Imbroda incluido- hubieran querido hacerlo, pero… el que preside un partido manda en el partido y los demás -excepto Isabel- a obedecer, para no causar una mala impresión… a los que pretenden y declaran que quieren que España se rompa y se debilite. Causar una mala impresión a un adversario/enemigo mortal, es un triunfo político, no una derrota; aspirar, el PP, a que Pedro Sánchez -les aconsejo el recién publicado libro “Pedro Sánchez o la pasión por sí mismo. Anatomía de un dictador”, de Antonio Elorza- les haga caso y dimita, es un imposible, una pérdida de tiempo, una rendición y un error.
Si el PP clama, y hace muy bien, por la libertad, ¿porqué no empieza por aplicarla dentro de su partido… y ganar, así, votos del pueblo español, demostrándole que no mienten y que lo que piden para los españoles, para el pueblo, se aplica también a los que militan en su partido, empezando por sus dirigentes y la manera de elegirlos?
En la manifestación, pro española, del domingo se clamó por la libertad y la democracia. ¿Fue un acto de libertad la decisión de Isabel Díaz Ayuso? Pues sí, no cabe duda alguna. Si el PP clama, y hace muy bien, por la libertad, ¿porqué no empieza por aplicarla dentro de su partido… y ganar, así, votos del pueblo español, demostrándole que no mienten y que lo que piden para los españoles, para el pueblo, se aplica también a los que militan en su partido, empezando por sus dirigentes y la manera de elegirlos?
Toros
Domingo de toros en Madrid, el pasado 8 de junio. Morante de la Puebla en la Corrida de la Beneficencia, en la Plaza de las Ventas -la primera del mundo- con lleno absoluto, como casi todos los días de Feria. Impresionante salida a hombros, multitudinaria, por la Puerta Grande, de Morante, tras dos enormes faenas de un torero legendario, que se merece la admiración que despierta.
El toreo no está muerto en España, es evidente. Hay muchísimos españoles, y extranjeros, que disfrutan con la fiesta, sin duda. Los toros forman parte importante de la historia de nuestro país
El toreo no está muerto en España, es evidente. Hay muchísimos españoles, y extranjeros, que disfrutan con la fiesta, sin duda. Los toros forman parte importante de la historia de nuestro país, por eso quieren terminar con la fiesta de los toros, entre otros progres, los que quieren terminar con España, al contrario de lo que ocurrió históricamente con muchos intelectuales (de verdad) anteriores, muy amigos de los toreros, como relata Manuel Chaves Morales en su extraordinaria biografía del mítico torero Joselito.
A pesar de mi apellido, entiendo poco de toros y, quizás por eso, no asisto a casi ninguna corrida. Pero sí me gusta, mucho, la libertad. Y cuando veo el triunfo popular de un artista-torero como Morante, disfruto, como disfruté del milagroso triunfo del enorme Alcaraz en Rolland Garros ante el número 1 del tenis mundial, el italiano Sinner (“culpable” en inglés, culpable de ser tan bueno y esforzarse tanto) también el domingo pasado.