La Guardia Civil ha recuperado en Melilla dos motocicletas que habían sido robadas en Francia y que llegaron a nuestra ciudad despiezadas y camufladas en el interior de bolsas de plástico que portaba una furgoneta que acababa de llegar en barco procedente de la península. El destinatario, un empresario local, está siendo investigado, como supuesto autor de un delito de receptación de efectos procedentes de robo. En una nota de prensa, la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla informó ayer de que los hechos se produjeron el pasado día 8 en el puerto comercial de la ciudad, cuando el Instituto Armado fiscalizó una furgoneta que había desembarcado del buque de Motril (Granada).
La mercancía que cargaba este vehículo había sido declarada como “electrodomésticos usados y otros efectos personales, como muebles”, pero cuando los agentes realizaron el reconocimiento físico de la mercancía, localizaron diversas bolsas de plástico con objetos muy voluminosos y pesados que resultaron ser chasis, motores, carcasas y otros componentes, que conformaban dos motocicletas completas.
Las gestiones realizadas con el receptor de la mercancía para conocer sobre la titularidad y procedencia de estas motocicletas, aparentaba en principio su legalidad, al presentar factura de compra en una tienda especializada, con razón social en Bélgica.
Sin embargo, la Guardia Civil observó que algunos números de bastidor habían sido troquelados, lo que junto a otras gestiones a nivel comunitario, permitieron determinar sin género de dudas que correspondían a dos motocicletas sustraídas en Francia, que contaban con señalamientos en vigor.
La persona a la que figuraba la consignación de la mercancía declarada es un varón de nacionalidad española y con una empresa en la ciudad. Según informó ayer la Guardia Civil, ha pasado a disposición judicial en calidad de investigado, como supuesto autor de un delito de receptación de efectos procedentes de robo.
