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Recordando a los hebreos en el diario “El Telegrama del Rif” 1904-1935 XI

… No todos los periodistas han procedido del mismo sensato modo, pues “A B C” y “La Correspondencia de España”, que tienen el mismo servicio y un único corresponsal en nuestra plaza, publican esa inexacta información, que aquí, con justo motivo, ha producido disgustos en la numerosa colonia israelita. Esta no lo ha rectificado, pero sí el Círculo Mercantil, del que forman parte muchos hebreos. Dicho corresponsal hizo el viernes espontáneamente aclaraciones, para que se conozca en Madrid el crédito que merecen los denunciantes.
Nuestro Director, no ha sido nunca corresponsal de “A B C” ni de “La correspondencia de España”, ni en la actualidad tampoco de ningún diario madrileño. Y, respecto a sus sentimientos hacia la colonia israelita, precisamente estos días, en la “Labor de EL TELEGRAM DEL RIF, ha sido recordada la campaña a favor de los hebreos de Tazza, así como la en que se pidió participación de los hebreos naturalizados, en la Junta de Arbitrios, entre otros muchos casos que pudiéramos citar. Nuestros interlocutores están perfectamente convencidos de ello y lo mismo ha de ocurrirles a sus correligionarios.
19-11-1920. La Administración de Justicia civil en Melilla. El procedimiento criminal con relación a moros y hebreos. Nadie ignora que esta plaza es intensamente visitada por lo indígenas de la vecina zona, y nadie desconoce tampoco que, muchas de las causas que incoa este Juzgado de Instrucción, lo son contra kabileños forasteros, sin arraigo ninguno aquí, que entran y salen. Basta leer las informaciones diarias de la prensa para formar ese convencimiento.
Ocurre, además, que, muchos de esos moros delincuentes que cometen delitos de robo y de hurto, no alcanzan la mayor edad penal, y cuando, con arreglo a la Ley de Enjuiciamiento, han de ser puestos en libertad provisional, por concurrir las circunstancias necesarias, puede contarse, desde luego, con que la mayor parte de los casos no volverán a presentarse, con segura tramitación, contra reos ausentes.
En presencia de estos hechos, que constantemente se repiten, y para que no sea estéril la función de la justicia, parece conveniente abogar por el establecimiento de un tribunal correccional, como existe en otras naciones, , y el cual pudiera juzgar, sin pérdida de tiempo, a esos delincuentes y ejecutar el fallo, con lo que el castigo sería, además, ejemplar. Precisamente, al tratarse de moros, cabría prescindir de los antecedentes de identidad y penales, pues que, hasta ahora, los kabileños no figuran en los registros del estado civil, y, por otra parte, el registro central de penados sirve de poca cosa para ellos, que dan, con frecuencia, nombres distintos.
El llamarle por edictos y requisitorias en “La Gaceta” y “Boletín Oficial” de la provincia de Málaga, es completamente festivo, pues de lo inútil de esta publicidad no hay que hablar, y todo ello aconseja prescindir de ella.
Otro punto interesante es el de la diligencia de autopsia en casos de muerte, a causa de que la religión de Mahoma, lo mismo que la de Moisés, son opuestas a esa práctica procesal, y el fanatismo puede muy bien ver en ella una profanación.
De ahí que, sin perder de vista los supremos intereses de la justicia, aconseje la realidad la adopción de reglas especiales, con lo que se ayudaría a la obra de atracción y tolerancia que realizamos en los territorios africanos.

1921
02-03-1921. El concepto de la vida de los israelitas en el interior de Marruecos. El alma de cada pueblo, de cada grupo de individuos está amoldada de por condiciones complejas; ella es el producto del medio, de la herencia, del clima. No es fija: tiene un carácter de estabilidad poco duradero; depende de las influencias inmediatas y momentáneas que obran sobre ella, de las circunstancias que la transforman, en una palabra, de todas las acciones extrañas que le imprimen cierta metamorfosis. Sin embargo, debido al medio, al clima y al atavismo, un fondo permanente y sempiterno, persiste a través de todas las transformaciones efímeras; este fondo caracteriza a las razas, a las clases y a las agrupaciones de individuos; forma así la constitución íntima y general de estos individuos, el alma de estas agrupaciones humanas. Su estudio presenta, sin duda alguna, importancia, y para los demás indiferentes tiene su valor verdadero. Es imprescindible tener ideas fundadas sobre su carácter, y desentrañar lo complejo de su individualidad; el interés es incontestable.
Apliquemos el análisis a los israelitas del interior de Marruecos para penetrar su temperamento y el concepto que se forman de la vida.
Su característica es la siguiente: atribuyen importancia a todos los actos, obran con circunspección y mesura; tienen clama en sus cálculos, y son emprendedores.
Su sangre fría se manifiesta en su modo de caminar y en su palabra reposada; su pensamiento despierto, se impone al observador más perspicaz, quien descubre en su conversación casi una idea fija: la del raciocinio y la descomposición.
Su actitud y fisonomía desprende este rasgo nativo, esta tendencia instintiva, habitual, que revela una peculiaridad única para dominar las circunstancias, manejar las situaciones, proceder con finura y reflexión, con cordura y resolución inteligente.
Flexibles, poseyendo la ductilidad, abarcan el conjunto y examinan los detalles; unifican y juzgan, dando prueba de rectitud y paciencia. Su reposo de alma y resistencia, desarrolla las virtudes de la acción metódica y continua; ninguna agitación desarraiga estas cualidades; su alma impertérrita, su circunspección, tienen raíces profundas. Y así se explica que las pasiones no tengan tanta violencia, y que los arrebatos sean casi nulos.
La idea sistemática existe siempre; ellos al cumplir actos precisos, exteriorizan una voluntad inquebrantable, ostentan una obstinación concentrada; se esfuerzan y son resistentes. Rudos y con una potencia de determinación intensa, con una disposición desenfrenada para cumplir sus obligaciones, se creería que son verdaderos materialistas, sin embargo, es precisamente lo contrario; manifiestas aspiraciones idealistas en sus empresas. Su preocupación constante tiende hacia la idea abstracta y levantada.
Si fracasan, eliminan su responsabilidad para consolarse; reconocen su impotencia relativa, no abdicando sin embargo sus tentativas, para no esterilizar sus propias fuerzas y malograr sus negocios. Por placer de filosofía suprimen su personalidad del esfuerzo, atribuyendo el resultado a causas supranaturales.
Porque su materialismo confina siempre al idealismo. Una energía indomable y una conciencia profunda acompañan la volición, y las consecuencias luego son consideradas como de origen divino. Sus intenciones materializadas reconocen siempre la influencia del Dios omnipotente, cuya intercesión solicitan por medio de oraciones; los casos epidémicos podrían servir de ejemplo.
El idealismo así aparece concreto e indestructible. El ha producido dos sentimientos contradictorios y asaz intenso; el pesimismo teórico, engendro de la constatación de la impotencia humana, de los azares e infortunios de la vida y del fin irremediable que aguarda a la humanidad; y el optimismo sereno, que valoriza las fuerzas individuales y que permite al hombre gozar y hasta explotar su alegría.
Las ideas optimistas no exageran, y, por consiguiente, no determinan resultados funestos, el pensamiento, por otra parte, no se ha extralimitado, y la voluntad, por lo tanto, siempre sobreviene. Filósofos, acostumbrados a sondear la potencia individual y a concretar el espíritu de relativismo, los judíos del interior no han concluido por proclamar la desesperación y la abdicación social como el sueño dorado de la humanidad, y todas sus creencias convergen hacia la misma meta.
Su idealismo, pues, no es rígido ni exclusivo; en la generalidad de los casos saben conciliar sus intereses con sus convicciones, su deber con su concepto; el raciocinio no ha sido, pues, deformado; no son absolutistas, no han levantado una muralla de hierro ante su pensamiento.
Por mi parte, he emprendido a conocer las causas de semejantes tendencias, de escrutar los pensamientos íntimos, de descubrir sus verdaderos móviles. La convicción de su rigidez de principios me pareció absolutamente esencial, y tuve la sensación de su estricta sinceridad. Con el hábito de la pura metafísica, transformando los casos prácticos en problemas trascendentales, imprimen una peculiaridad interna a todo lo que constituye su vida externa. Uniformes, idénticos en su manera de pensar, de sentir y de accionar; reflexivos y con sangre fría, con cierta cultura científica que poseen, constituyen un buen elemento de nuestro judaísmo. Cohen
13-07-1921. A los musulmanes e israelitas se les dispensan los estudios de Religión. En la Escuela Normal de Maestras de Málaga cursa con gran éxito sus estudios la bella señorita Esther Benchimol, y como en el plan de enseñanza figura la asignatura de Religión, en dos años sucesivos, solicitó dispensa invocando su carácter de israelita. El ministro de Instrucción Pública señor Aparicio, con alto sentido práctico, ha firmado una Real orden aprobando la dispensa y disponiendo se haga extensiva a todos los alumnos y alumnas de las plazas españolas y de los territorios comprendidos en la zona del Protectorado español en Marruecos, que siendo israelitas o musulmanes deseen seguir dicha carrera. Además, se le exceptúa del requisito reglamentario de presentar documentos referentes a nacimiento para poder matricularse en las Escuelas Normales.

1922
25-06-1922. En Tánger fallece un israelita a los 115 años. En Tánger acaba de dejar este mundo el rico israelita don Shalón Delmar.
El finado se asomó al planeta en que habitamos en 1807, y hasta pocos días antes de morir poseía un cerebro tan fresco y vigoroso como cuando sólo contaba veinte primaveras. De complexión robusta y fuerzas hercúleas, hasta hace poco tiempo demostró resistir grandes pesos, que quizás un joven robusto hubiera fracasado en el propósito. Con frecuencia hablaba de la invasión y posesión de Cádiz por los franceses en 1823, y de la fundación del reino de Gracia en el año 1827.
También recordaba al detalle transcendentales episodios de la historia de España, de los que fue testigo, y múltiples incidentes de carácter internacional ocurridos en Marruecos. La muerte del señor Delmar ha sido sentidísima en Tánger.

1923
19-04-1923. Un musulmán mata a un israelita. Durante la noche del martes se registró en el campamento de Tafersit, un sangriento suceso. El israelita David Farachi tenía a su servicio a un indígena que le ayudaba en la venta de diversos objetos, en el zoco que se celebra a diario en dicho campamento.
No sospechaba el infortunado David de las aviesas intenciones del indígena a quien protegía. Según nuestros informes, la noche del martes el moro en cuestión se retiró a descansar como de costumbre, al local que su protector dedicaba al comercio. Cuando Davis se hallaba entregado al sueño, el indígena, esgrimiendo una gumía, le infirió varios cortes en el cuello produciéndole gravísimas heridas. Después de cometido el crimen el agresor despojó a David de cuanto poseía, huyendo en dirección desconocida. A los gritos de dolor de la víctima acudieron algunas personas trasladándola a la enfermería de Tafersit, donde falleció a los pocos instantes. El cadáver fue trasladado ayer a la Plaza. Hoy recibirá sepultura. Se hacen averiguaciones para capturar al asesino.
29-06-1923. El hogar nacional de los israelitas. Dificultades para el nuevo cimiento. M. de M. ¿Ha muerto la ilusión a manos de la dificultad? ¿El obstáculo, ha concluido con el anhelo? No sabríamos decirlo en seguro, por más que siendo tan difícil despedirse para siempre del ideal, pueda creerse que no se halla en el abandono el pensamiento de restaurar el hogar nacional de los judíos. Lo único indudable, es que los entusiasmos no han podido menos de enfriarse, en vista de no haberse encontrado terreno firme para poner los nuevos cimientos de Sión.
La voz de los propagandistas no se oye fuerte como antes, y ello se debe, por un lado, a estorbos de carácter político, y por otro, a tropiezos de índole material.
Respecto a los últimos, a las dificultades propias de la vida, no es posible olvidar las tentativas hechas para provocar un éxodo de los hebreos del Norte de África hacia Palestina. Cálidos llamamientos venían de las tierras de Judea, y es preciso reconocer que no encontraron sordos oídos. Una sugestión colectiva prodújose hace tres años en el vecindario israelita de Fez, y como consecuencia de ella comenzó la emigración que llegó a ser considerable, pues eran muchas las familias que respondían a la campaña del Sionismo, liquidando cuanto poseían y poniéndose en viaje.
Pero los hebreos volvieron, y es que no habían encontrado en Palestina nada preparado para su nueva vida. Les aguardaba allí el cariño de sus correligionarios y no otra cosa. Movimientos de esta naturaleza, o han de ser consecuencia de una necesidad o, si son originados por un motivo convencional, requieren una preparación, sin la cual el mal éxito es seguro. Y esto ocurrió en Palestina. Los inmigrantes no hallaron falta de mano de obra, sino exceso de ella en el país, y hay que añadir a esto, que se veían forzados a efectuar un nuevo aprendizaje y que tropezaron con la hostilidad de las gentes ya establecidas.
Todo ello dio por resultado, el fracaso de la empresa y el retorno de los hebreos al territorio del que habían salido. Una cosa análoga ocurriera a muchos argelinos en la época en que los jóvenes turcos mandaban en Constantinopla, y quisieron que en Siria predominase el elemento musulmán, sobre todos los demás. Entonces también marcharon no pocos arrebatados por aquel movimiento islámico. En Tlemecen, sobre todo, la emigración llegó a preocupar a las autoridades francesas. Aquello, sin embargo, duro poco a pesar del entusiasmo con que la obra se emprendió. Los argelinos no pudieron vivir en Siria. No se hacía nada para lograr este fin, y el fracaso fue inevitable. Pocos meses después empezó el regreso.
En lo que toca a los motivos de orden político, basta pasar revista a los últimos acontecimientos. El Gobierno inglés, en vista de la actitud de los árabes, negándose a tomar parte en la elección del Consejo legislativo, ha dispuesto que lo constituyan siete miembros de las familias árabes más influyentes, un representante también musulmán de los beduinos, dos de los hebreos y dos de los cristianos, y claro es que no significa esto un camino hacia los fines del Sionismo. Los ingleses no habían querido imponer un sistema electoral al que los habitantes no estuviesen habituados, pero los árabes manifestaron su propósito de no votar por ningún sistema, aunque cualquiera que fuese el empleado, habría tenido mayoría. Los ingleses no habían querido imponer un sistema electoral al que los habitantes no estuviesen habituados, pero los árabes manifestaron su propósito de no votar por ningún sistema, aunque cualquiera que fuese el empleado, habría tenido mayoría.
Es, pues, de creer, que no se está en vías de la reconstitución del Estado judaico, después de lo ocurrido. Coinciden dos causas para impedirlo: la segura oposición de los árabes y lo poco ferviente de los deseos de los israelitas, de ir a vivir a Palestina. De los que residen en Europa, no hay que hablar, y de los que habitan en África del Norte, no parece que su postura sea tan incómoda que quieran cambiarla yendo a lo desconocido, mucho menos después del desengaño que hace pocos años se sufriera.
El tiempo ha devuelto en tierras de África a los israelitas, las consideraciones y los respetos de que los moros le privaran. Primero en Argelia, luego en Túnez, y por último en Marruecos, su liberación fue un hecho. Hemos asistido a ella y sabemos que en los territorios cuyo protectorado compartimos con Francia, no tienen ya motivos de queja. Pasaron, para no volver, las vejaciones a que los marroquíes sometían a quienes en el Mogreb convivían con ellos. Les perseguían y despojaban, no les reconocían derechos, y en cambio les cargaban con el peso de los deberes. Ahora, la intervención de Francia y de España, asegura a los hebreos de Marruecos el respeto a sus vidas y a sus intereses. Viven como seres libres, y si en otros tiempos pudieron tener vivo el deseo de emigrar, en la actualidad no sucede, ciertamente, eso. De ahí que para la obra de la nueva Sión, no se encuentren fácilmente ciudadanos. No hay que olvidar, que antes de la desaparición de la nación judía, había colonias de israelitas en África.
23-10-1923. Algunos consejos a mis hermanos los hebreos de la zona española I. Muchas, muchísimas cosas tendría que deciros, para que una vez despertarais de la prolongada modorra y saliereis de la inacción en que, por motivos bien tristes, estáis viviendo. Un volumen entero podría llenar con los consejos y exhortaciones que tengo que dirigiros; pero no siéndome posible dar mayor extensión al presente trabajo, procuraré condensar en un solo capítulo la parte esencial de los mismos, y quiera el cielo que encuentre eco en vuestros corazones, para que se cumpla lo dicho por nuestros sabios: “Palabras que emanan del corazón, penetran en el corazón”. (Devarim hayofsim mim ha ley nijnasi, la lei).
No quiero hablaros del pasado; de ese pasado triste y sombrío, que es el pasado de todo nuestro pueblo. Hablaré del presente. Vosotros, afortunadamente, sois los primeros que después de cuatro siglos de separación forzosa, os unís nuevamente, por azares de la política, a la que en otros tiempos más felices fue vuestra venerada Patria, cuya hermosa lengua habéis sabido guardar, a través de los tiempos, como la joya más preciada.
La siempre hidalga España, os emancipó civil y políticamente; pero esta liberación quedará nula y sin efecto, si vosotros mismos no sabéis manumitiros espiritualmente, sacudiros el polvo de la diáspora y los sedimentos de la servidumbre ancestral. Hay que dignificarse, que erguirse, que levantar el ánimo y que mirar de frente a amigos y adversarios, con la serenidad del que tiene conciencia de su propio valer. Todo esto se consigue con la auto-emancipación.
En nuestro Protectorado -contando con Melilla y Ceuta- existen siete comunidades, de las que tres son numerosas e importantes. En ellas tenéis muchas esnoguitas y ni un solo templo que pueda honraros ante propios y extraños. Tenéis algunos rebbies y ningún verdadero y docto Rabino que con su sabiduría y cálida palabra os pudiera conducir por el camino de la verdadera fe y por la senda de la perfección.
Tenéis parnasim al estilo rancio y en desuso, y carecéis de Consejos Comunales, bien organizados, que os presenten y administren el patrimonio del Kahal.
Tenéis escuelas donde casi nada se aprende de lo hebraico y religioso, y vuestros hijos tienen que beber de fuente extraña y que buscar el alimento espiritual en centros como los de la Alianza y de los otros, cuya atmósfera está enrarecida…

(Continuará)

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José Antonio Cano

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