Recordando a los hebreos en el diario “El Telegrama del Rif” 1904-1935 V

Por José Antonio CANO MARTÍN

… Los españoles de Melilla que profesan la religión israelita, están privados por una R.O. que solo achacamos a un anacronismo histórico, de formar parte de la Junta de Arbitrios de esta Plaza.

Y, sin embargo, nosotros que nos dirigimos a V.E. en representados de todos nuestros correligionarios, componemos un contingente numerosísimo, que ama profundamente a España, que da sus hijos al Ejército, que está siempre dispuesto a verter su sangre para la defensa de la madre patria, que está regido por todas las leyes fundamentales del Estado (para las que tiene un absoluto acatamiento), que posee en Melilla gran parte de la propiedad urbana, que pertenece todo al comercio, que posee todo el idioma árabe y que está más directamente en contacto con los elementos indígenas de la Plaza así como del interior, sembrando cerca de los mismos el cariño y el amor hacia España, que en fin, contribuye como todos los demás ciudadanos a las cargas del Estado; y, por el mero hecho de profesar la religión que le han legado sus padres, está huérfano del derecho de representación, que es la expresión del derecho de ciudadanía. Para nosotros, Excmo Sr., consideramos que tal excepción es incompatible con todo espíritu de justicia; y solicitamos a V.E. la revocación de la parte de la R.O. que nos excluye tal sin razón del resto de los demás españoles.

Dentro de breves días, Melilla que se engalana, ha recibir a S.M. el Rey de España. Y sería obra de justicia, Excmo. Sr. Presidente, que el mismo barco que nos traiga a nuestro amado Rey, acompañado de V.E. nos trajera también el nuevo decreto que nos reintegre en la posesión de nuestros legítimos derechos, haciendo que millares de pechos israelitas pero sí profundamente españoles, ya en posesión de cuanto le pertenece, aclamen al jefe supremo de la nación y al liberal Presidente de su Consejo de Ministros.

Gracia que esperan de V.E. porque lo piden en justicia. Melilla 21 de diciembre 1910. El General Arizón recibió con suma amabilidad a sus visitantes y prometió hacer entrega del mensaje al Sr. Canalejas a su llegada a esta plaza.

Por nuestra parte, poco hemos de decir. Varias veces, en el terreno particular y en el periodístico, hemos abogado por que se lleve a cabo esa obra de justicia a favor de esos israelitas propietarios y comerciantes que son españoles de corazón, además de españoles por la ley, porque pertenecen a esa raza que ha mantenido durante siglos en el litoral norteafricano el habla castellana y restos de nuestra legislación y de nuestras costumbres.

12-02-1911. La región de Debdú. Un israelita, recién llegado de aquella villa, nos ha hecho las siguientes manifestaciones: Desde la muerte de súbdito francés y del notable indígena que lo protegía, no hay paz en la zona de Debdú.

Un día vimos llegar disfrazado de moro a un francés -hace de esto más de cuatro meses- acompañado de uno de los jefes de más prestigio. Se dedicaba a la búsqueda de minas. Pronto se excitaron los ánimos contra el extranjero y contra su protector. Los kabileños se dividieron en dos bandos, manteniendo algunas luchas.

Una noche, por error, fue muerto el francés y al día siguiente el notable. Esto exacerbó más las pasiones. Algunos “goumiers” que se internan en el país ayudan a los partidarios de la república, en sus contiendas con el bando contrario.

Los paganos somos los israelitas. Nuestro barrio es con frecuencia saqueado, por que se nos acusa de complicidad con los franceses, y de ayudarles en el empeño que muestran en dominar el país. Emisarios de estos han trabajado cerca de nosotros para que una comisión marche a Orán y pida la intervención de Francia.

La lucha entablada no es de orden interior, la motiva el oponerse la mayoría de los indígenas a las frecuentes incursiones que hacen en su territorio las fuerzas de Berguent.

El tráfico con este mercado se halla en suspenso. Los hebreos, que realmente somos neutrales, sufrimos las consecuencias. Menos mal que seguimos viniendo a Melilla, cuyos caminos están hoy seguros, abonando la zettata a los jefes de Beni-Bu-Yagi y M’Talza, los cuales protegen nuestras caravanas hasta las proximidades de Zeluán.

16-04-1911. Pascua israelita. El jueves entraron los israelitas en la Pascua llamada de la galleta, fiesta que dura ocho días. Hoy abrirán sus comercios para cerrarlos el miércoles y jueves. Es una Pascua de gran ajetreo en los hogares, donde las mujeres extreman la limpieza, para que no quede ni migaja de pan con levadura. Las vajillas que han de servir durante el año, se cambian, arrinconando las antiguas.

En ésta época, solo comen panes ázimos, en conmemoración del éxodo del pueblo de Israel. Daremos otros detalles curiosos del Nissan.

05-05-1911. La ocupación de Debdú interesa a Melilla. En nuestro último número publicábamos una información, según la cual, dos columnas de tropas francesas se habían puesto en movimiento con el objetivo de ocupar Debdú, operación que debe indudablemente afectar al porvenir mercantil de Melilla.

Los franceses invocan como fundamento de la ocupación, una de las cláusulas del convenio franco-marroquí de 1901, recordado en la Cámara de París en varias ocasiones por los diputados del grupo colonial.

A estas horas las fuerzas francesas deben hallarse en dicho poblado para organizar su mercado según escribe la prensa argelina. Dicen nuestros informes que en la operación han tomado parte más de 5.000 hombres, de los cuales quedará una parte como guarnición, dirigiéndose el resto a Merada, donde han de quedar a la expectativa.

Debdú se encuentra situado a unas doce lenguas del Sur de Taurit y como es sabido se celebra en dicho lugar un importantísimo mercado, que envía productos del país en grande escala, tanto en Taurirt como a Berguent, puntos de donde han salido las dos columnas encargadas de la operación.

Debdú tiene aproximadamente una población de 400 vecinos, la mayor parte hebreos dedicados al tráfico que mantienen muy activo e intenso con las tribus comarcanas, las cuales llevan al mercado numerosos rebaños de ganado vacuno y lanar y gran cantidad de cereales. No es Debdú, propiamente un pueblo; más bien es un zoco, donde los hebreos intermediarios tuvieron necesidad de establecer viviendas más sólidas y definitivas que la ambulante jaima.

El terreno en el que Debdú se asienta es fértil, pues además de ser el suelo de buena calidad para el cultivo, se encuentra suficientemente irrigado, de suerte que proporciona no pequeña riqueza. Es probable que para su ocupación no se haya disparado un tiro. Por otra parte la población no tiene defensas de ninguna clase, pues no es posible dar ese nombre a las ruinas de un castillete moruno que existen en una loma que domina a Debdú. Claro es que, sin noticias del resultado de la operación, no es posible afirmar que no haya habido resistencia; pero lo repetimos, es de prever que dada la labor preparatoria que los franceses han llevado a cabo en aquellos territorios cerca de las tribus no se hayan éstas opuesto a su avance.

Las tribus que en la región podían en todo caso oponerse a la marcha son las de Hallal, que cuenta con 800 combatientes, la de Ulad-Amor (1.800 fusiles) y la berebere de Huara, dueña de las alcazabas de Guersil y de Messum, la primera en el mismo Muluya. Las tribus nombradas no habían manifestado hasta el presente sentimiento de ninguna de hostilidad, y el único recelo de los franceses, a juzgar por lo que sus periódicos dicen, está que los más intransigentes de Beni-Uarin, hayan llevado vientos de independencia a las otras

Como se ve las tropas en la frontera no se han concentrado en vano, y los diarios argelinos, pueden cesar en las lamentaciones a que se entregaran al saber que las operaciones encaminadas al socorro de Fez, iban a emprenderse desde la costa de occidente.

Reunidas las fuerzas podrán no ir a Fez por Oriente; pero lo que es indudable es que habrá avance chico o grande.

El Gabinete de París ha dicho que no se irá a Fez por este lado, pero no ha asegurado que no enviará soldados a otras partes.

De este modo las tropas francesas van, como el Muluya, dando la vuelta a la zona de expansión comercial de Melilla.

09-05-1911. La ocupación de Debdú. Hecho consumado. Se han confirmado plenamente los anuncios que cuatro días atrás hacíamos acerca del avance hacia el S.O. de las tropas concentradas en la frontera argelino-marroquí. Debdú, el importante mercado está en poder de los franceses desde el día 4 del actual. La operación se ha llevado a cabo por dos columnas, que habiendo salido una de Taurit y la otra de Berguent se concentraron en el punto llamado Fum-Bezús, de donde continuaron la marcha para Debdú.

Como habíamos supuesto, no han tenido los franceses que disparar un tiro. Las tribus ganadas de antemano, han presenciado el paso de las tropas sin hacer resistencia. Las fuerzas, que sumaban 5.000 hombres con artillería, hicieron su entrada en Debdú, en las primeras horas de la mañana del 4. He aquí, ahora, algunos detalles de la operación: La columna procedente de Berguent iba a las órdenes del Comandante De Tinan. Su marcha fue rápida sin que en ella ocurrieran incidentes.

Estaba la otra columna mandada por el Teniente Coronel Feraud, Jefe de la Policía, que tomó el mando común tan pronto como se reunieron las dos columnas.

Cuando se hallaban a tres kilómetros del poblado, vióse que avanzaban varios indígenas, los cuales al llegar a las tropas en actitud pacífica, manifestaron que los servirían de guía, como lo hicieron.

A doscientos metros esperaban los hebreos que de ordinario habitan en Debdú. Las tropas acamparon en el valle y una pequeña parte de ellos penetró en el poblado, procediendo a su ocupación, de la que como los lectores de EL TELEGRAMA saben, se ha dado cuenta en el Consejo de Ministros celebrado ayer en París.

16-05-1911. En Debdú. He aquí las tropas que los franceses han dejado como guarnición en Debdú; seis compañías de Infantería, un escuadrón de Caballería y una sección de Artillería de montaña. Una de las compañías es mixta de infantes y jinetes, de las que en Argelia se han creado como ensayo. Hace varios días que el General Touteé llegó a Debdú, para organizar la marcha sobre Mezada, de la cual ya tienen noticias los lectores de EL TELEGRAMA.

La región inmediata a Debdú no es muy interesante, salvo en los valles donde hay abundancia de aguas que permiten una reproductiva explotación agrícola, como en el Za y en las cercanías de Taurirt. En L’Ayun-Sidi-Meluk, han empezado la compra de terrenos. Los primeros se han pagado de 15 a 20 francos la hectárea.

25-05-1911. Ataque a Debdú. Cinco españoles muertos. Viajeros llegados de Orán, nos manifiestan que en la madrugada del sábado, fue atacado por los moros el campamento francés de Debdú, entablándose reñido combate, que se prolongó algunas horas.

Agregan que hubo bastantes bajas por una y otra parte, y que entre los muertos figuran cinco cantineros españoles, que procedentes de Orán, acompañaban a las fuerzas que operan en la margen derecha del Muluya. Se ignoran los nombres de las víctimas, que pertenecen a familias españolas que residen en Argelia hace muchos años.

26-05-1911. Entre Debdú y Merada. Jornada sangrienta en Alluana. El día 16, muy temprano, llegó al campamento francés de Merada el Teniente Garineau para comunicar una grave noticia.

El oficial llevaba encargo de hacer saber al General Toutée de parte del General Girardot que fuerzas enviadas por éste para efectuar un reconocimiento hacia Alluana, a pocos kilómetros de Debdú, había sido atacadas por gentes de dicha tribu, teniendo pérdidas de consideración en la lucha, que se había desarrollado en muy malas condiciones para los franceses, los cuales se vieron envueltos en espesa niebla. Añadían los informes que el General Girardot había enviado refuerzos a la columna atacada. En Merada despertaron estas noticias gran ansiedad, creyéndose desde luego que debía haber mayores pérdidas que las comunicadas por el teniente Garineau, a saber. la muerte del Capitán Labardelle y diez legionarios.

Poco después se recibieron nuevas noticias. El General Girardot había salido cuatro días antes de Merada para Debdú con objeto de practicar reconocimientos en la comarca, pues el General Toutée consideraba de necesidad tener noticia exacta de la disposición de los kabileños para con las tropas.

El General Girardot dispuso la salida de Debdú de tres pequeñas columnas compuesta cada una de una compañía de la Legión extranjera y una sección de artillería de montaña.

Las tropas salieron de madrugada y a las diez regresaron dos de las columnas, sin haber observado nada de particular. De la tercera columna al mando del Capitán Labordette, que llevaba consigo la 22 compañía del 2º regimiento de la Legión, no se tenía noticia alguna.

Esta columna había marchado hacia el poblado de Alluana, situado tres horas al Oeste. El general se mostró preocupado y no sin razón, pues poco después recibía un parte del Comandante de la sección de Artillería de dicha columna, haciéndole saber que la tropa, después de haber hecho una marcha muy difícil, bajo la lluvia se encontraba envuelta por espesa niebla, por lo que el capitán Labordette, había dispuesto que la Artillería hiciese alto, continuando él con la Infantería

Añadía el Jefe de Artillería que en el momento de dar el parte, oía vivo fuego de fusilería, sin que pudiera a causa de la niebla ir en socorro de la Compañía de la Legión.

El general al recibir esa noticia, destacó inmediatamente tres compañías de legionarios y dos secciones de artillería y poniéndolas a las órdenes del comandante Gartz, mandó que la nueva columna fuera en auxilio del Capitán Labordette.

La columna de socorro avanzó con toda la rapidez posible hacia Alluana.

El comandante Gartz, no notó al acercarse tiroteo alguno, y como la niebla continuaba, impidiendo la vista a diez metros, se vió obligado a que las cornetas dieran repetidos toques, para anunciarse a las tropas de Labordette. Pero nadie contestaba a la señal. Continuaron las cornetas tocando y al fin, la columna se puso en contacto con la Compañía. Tres horas después recibía el general Girardot, un parte del comandante Gartz, en el que le decía, que había recogido once muertos; el capitán Labordette y diez legionarios, así como cierto número de heridos. Inmediatamente el general Girardot, envió a Merada al teniente Garineu, escoltado por cinco cazadores, de África y cinco goumiers, para hacer saber lo ocurrido al general Toutée.

Este, obediente a la obsesión de que los ataques a sus tropas han de llegar precisamente de la orilla izquierda del Muluya, supuso en seguida que alguna harka había pasado el río, y para cortarle la retirada organizó una columna con orden de ir a ocupar el valle del Guersil Esta columna, mandada por el Coronel Blanc, se componía de un batallón de tiradores, dos compañías de la Legión, dos baterías de campaña al mando del capitán Michard y un escuadrón de caballería. Estas tropas nada podían hallar hacia el Muluya, pues los hechos demostraron después que las tribus de la izquierda no habían tenido la más pequeña participación en el ataque a los franceses. Se trataba, pues, de un error del General Toutée. Los informes que posteriormente se recibieron por diferentes conductos, coinciden en que los hechos se desarrollaron del siguiente modo: La columna Labardette, hizo la primera parte de su marcha, bajo abundante lluvia.

Cuando comenzó la ascensión de la parte montañosa, la niebla envolvió a la tropa, haciéndose peligrosísima su situación, pues fácilmente podría ser sorprendida. Entonces el capitán Labordette dio orden de que la artillería quedase atrás, para continuar él hacia el poblado. Pero indudablemente los kabileños tenían conocimiento de la marcha y aguardaban apostados a la columna. De pronto estalló vivo fuego de fusilería. La sección que iba en cabeza, cayó deshecha por las balas. Los legionarios contestaron al fuego, pero el mal ya estaba hecho y los kabileños después de continuar muy poco tiempo el tiroteo, se retiraron al abrigo de la niebla.

Las bajas de la compañía fueron veintisiete muertos; el capitán Labordette, tres cabos y veintitrés soldados, de éstos quince franceses. Además hubo un desaparecido.

Entre los heridos figura el teniente Frasdet, con un balazo en un pie.

Los alrededores de Debdú son sumamente accidentados. En un valle profundo de dirección N.N.O. se halla el aduar de Alluana, a unos ocho kilómetro de Debdú en línea recta. Ese valle salvaje está habitado por los Alluana, pequeña tribu que pasa por ser muy belicosa. Según dicen los franceses esos kabileños viven del robo y varias veces otras tribus han tenido que organizar contra ellos expediciones para castigarles por sus atentados. Los Alluana se consideran inexpugnables en su montaña y ahora han dado una muestra de su actitud ante la llegada de las tropas francesas.

La columna Girardot continua en Debdú, y el general al tener noticia de que el Comandante Gartz, pernoctaba en el lugar del combate, se puso en camino para conferenciar con él.

01-06-1911. En Debdú. Otro combate. El día 25 se recibieron noticias en Taurirt de haberse librado un combate en las cercanías de Debdú. Añadíase que los indígenas habían sido derrotados; pero que los franceses no habían logrado la victoria sin pérdidas importantes. Se sabe que el General Toutée había ordenado al General Leré que operase en la región de Debdú para lograr su pacificación. Cumpliendo dichas órdenes, el General Leré dispuso que parte de sus tropas llevasen a cabo un reconocimiento en la extensa meseta que se extiende al S.O. de Debdú, lugar de difícil acceso. Organizada la columna, se puso en camino, y una hora después fue atacada por una harka que habían formado contingentes de las kábilas de la derecha del Muluya…

(Continuará)

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