El rincón de Aranda

Ramón Conti

melillahoy.cibeles.net fotos 1003 Juan Aranda web

Hace muchos años, de los pocos libros que existían, cuando comencé a leer algo de la Historia de nuestra ciudad, con nombres de las personalidades que la han gobernado estos últimos siglos, siempre chocaba con el de Ramón Conti. Sabía que fue un Gobernador de la Plaza en la segunda década del siglo XIX, pero quizás para las autoridades posteriores no fue lo suficientemente importante, porque ninguna calle lleva su nombre. Haciendo un poco de Historia, hay que decir que el 10/08/1800, Ramón Conti es nombrado Gobernador, cuando en la Plaza había una guarnición de 63 jefes, oficiales y empleados de plantilla, 867 de tropa y unos 1000 desterrados (presos); que entre mujeres, niños y criados cerca de los 400, hacían un total de 2330. Existían 109 casas de las cuales 25 eran del Rey y 86 particulares. La desproporción entre la guarnición y los desterrados, o penados, era más que elocuente. Por esas fechas, dos barcas repletas de víveres y medicinas, procedentes de la Península con destino a Melilla, fueron interceptadas por corsarios ingleses y llevadas a Chafarinas. Inmediatamente enviaron un emisario a Melilla pidiendo un rescate de 9000 duros de plata. Ante esta situación, Ramón Conti, con las arcas de la ciudad vacías, habla con un moro argelino, Sidi Alí El Begui, que fue quien los prestó, pudiendo así abastecerse toda la población. En aquéllos años, el hambre física, motines de presos, y el acoso político para que jurara fidelidad a José Bonaparte, siendo éste rechazado con energía haciéndolo en favor de Fernando VII. Al mes ya no tenían nada que llevarse a la boca, pidiendo más víveres al Veedor de la Real Hacienda. En Junio de 1806 se repite la misma felonía, que dos años antes infringieron los mismos piratas, que con eufemismo se decía que eran corsarios, los muy “hijos de la Gran Bretaña”. También fue el mismo prestamista el que pagó, pero esta vez fueron 9.000 reales. Quizás el botín fuese unos cuantos seretes de higos secos.

El 5/08/1804. Reinando en España Carlos IV con el valimiento de Godoy, en Melilla, como en todas las posesiones de África, se carecía de todo lo necesario para el sustento diario, no había ni aceite ni medicinas, y se estaba a media ración de pan por persona y día. Ante esta situación Ramón Conti mandó a Narciso Martínez salir con su falucho, a pedir auxilio al primer puerto de España que encontrase. A principios de Julio de 1805 llega a Málaga un lanchón procedente de Melilla, con la solicitud de un envío urgente de víveres, ya que la guarnición de la Plaza estaba a media ración. Ramón Conti decía que Melilla se encontraba en extremado apuro de indigencia y en los últimos instantes de su exterminio por carecer de los principales artículos de primera necesidad para su subsistencia. El escrito de Ramón Conti llegó a manos del Brigadier Jaime Moreno y La Corte, Gobernador Político y Militar de Málaga, y éste encomendó al Veedor y Ministro Principal de la Real Hacienda para que tomara las providencias oportunas, ya que incumbía a éste alto funcionario atender las necesidades de los Presidios Menores, como entonces se les denominaba a Melilla, Isla de Alhucemas y el Peñón de Vélez de la Gomera. El 24/07/1805, se pudo salvar la polacra española “Virgen del Rosario”, que salió del puerto de Málaga cargada de víveres por cuenta de la Real Hacienda para la Plaza de Melilla. Y fíjense que el 8/04/1806, el Almirante inglés Sir Willian Sydney Smith, puso sitio a Alhucemas con un navío y varias fragatas, conminando a la rendición de la Plaza. El temporal que se levantó a continuación impidió la toma de Alhucemas, aunque Cumplido, su Gobernador, había rechazado tal rendición. Nos imaginamos la suerte que hubieran corrido si el tempo hubiera sido bueno. En 1807, se presentó en la Plaza, un moro “principal”, para que se le curase cierta enfermedad, y se accedió a condición de que proporcionara, por su valor: cuatro vacas, treinta carneros, y cuatro quintales de aceite. Así lo hizo, y se le curó.

El 14/02/1810; se requiere a las autoridades de Melilla fidelidad a José Bonaparte. Esta es enérgicamente rechazada por Ramón Conti, Alcalde Gobernador, y al mismo tiempo jura fidelidad a Fernando VII. El 16/02/1810, es descubierta una conspiración para la entrega de la Plaza a los franceses. Diego de Quijano y Miguel Chamizo, los conspiradores, fueron condenados a seis meses de rigurosa prisión.

Y ahora yo, me pregunto: ¿Cómo es posible que aquél Teniente Coronel, que defendió la Plaza, y sufrió, junto a la población, el corso inglés (piratas), el hambre y las conspiraciones, en tiempos tan duros y violentos?, ¿Cómo es posible que su nombre no figure en una esquina de cualquier esquina de cualquier calle?, ¿Cómo es posible que el nombre de mi maestro de música, D. Julio Moreno, que enseñó música a varias generaciones de niños melillenses, siga en el ostracismo?, ¿Por qué no retiran a Napoleón de una puñetera vez?, ¿Por qué, señores políticos?, ¿Díganme, por qué?.

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