¿Seis millones de parados pueden crear una crisis repercutible en todo el País?..
De forma y manera que si a esto del ladrillo que conlleva a su vez un sin fin de fabricaciones de materiales diversos y su correspondiente mano de obra, arquitectos y técnicos; … …más beneficios, operaciones bancarias, trámite legales oficiales, operaciones de servicios documentales civiles, abogados, notarios, certificados y un cierto consumo o uso de complementos y servicios de oficina varios, junto con los gastos de corriente eléctrica e incluso agua. Todo ello supone un hacer como en cualquier otro negocio, lo que ocurre es que, la corrupción facilona, empezando por pequeños detalles por agilizaciones a nivel de la compra o trámite conlleva la gracia de un detalle. Esto no es nada, ante el descontrol intencionado o súper valoración del producto final, en el que se engloba todo lo anterior. Resultado, encarecimiento, con la mayor dificultad de llegar el comprador a la adquisición del producto del ladrillo, la vivienda. Si a todo esto, le metemos que los promotores han hecho lo que les ha dado la gana, ejemplo tenemos en el llamado El Pocero en Seseña, entonces, sólo entonces, te das cuenta de la falta de responsabilidad de la administración del Estado que hemos tenido. Y piensas en estos alcaldes de democracia banal y responsabilidad tercermundista, algo muy dado en la España del cacique. Ahora bien, si luego ves el resultado de la confianza en los Bárcenas, sea donde sea y en el partido que sea, entonces apaga y vamos… Que sea lo que Dios quiera; aunque por supuesto Dios no quiere ni tiene parte en esta moral corrupta, bien por golpe de pecho o de espalda.
Cómo se dejó pudrir tanto la moral social y administrativa, por unos gobiernos tachados de más sociales… ¿? Cuando en una dictadura no se llegó a ver semejantes destrozos y desmadres, buscando incluso en la basura, cuestión no contemplada en aquella y lo no visto ni en la post guerra civil. La recuperación, lenta pero segura aunque sin ver el fin, ha sido bastante constante. No obstante la cesión de derechos del trabajo (reformas y anexos) han sido demasiados beneplácitos ante o para, los beneficios del capital, amaños financieros y sus descaradas jubilaciones, salarios, aditivos a la plena dedicación, y otras mascaradas técnico financieras. Al trabajo y la seguridad familiar los han desestabilizado con la transigencia en asuntos tan delicados pero importantes, como la movilidad o reducción de jornada, dejada ambas en manos del empresario, sin mediación suficiente protectora que de alguna manera oficial pueda informar simplemente sin entrar en principio en quién es la empresa, al menos que haya que llegar al contencioso, y dado que lo sindical, medio sustitutorio, exigido en su día al activo de la Delegación de Trabajo, nos deja un hueco de abandono en aquellos que por no comulgar con el activo sindical político, quedan al pairo por la cuota sindical a pesar del apoyo económico del Estado,. Cualquier otro movimiento legal incluido en el Estatuto de los Trabajadores, es en su intervención legal, coactiva para el trabajador al haber quedado toda reforma y concesión laboral en favor de la entidad empresarial, como lo anteriormente citado. Y pobre del que se niegue, a la movilidad o reducción amañada o encubierta, porque nunca segundas partes fueron buenas, y por dos gordas vas a la calle. Encima. Por eso, sólo por eso, querido Rajoy, hay que pasar todos los movimientos consultivos del trabajador, sin injerencias forzosas y variantes del trabajo, ¡todos!, por la oficina correspondiente de tal Ministerio, como derecho obligado de cumplimiento, para así complementar la recuperación de unos con la seguridad de otros; otra cosa diferente es que el estado premie o no a la empresa para que sea más segura. Me parece bien, que entre todos, el trabajador pueda volver a decir ¡mi empresa!, como en la dictadura pasada. Ahora es utópico, pero no imposible.
Seguridad por encima de beneficios exagerados. Diga la CEOE misa o sermón.