Populares en Libertad (PPL) tuvo relación con el perfil falso de Lisbeth Salander en las redes sociales, pero rompió todo contacto en octubre de 2014 tras comprobar que este pseudónimo empezaba a “extorsionar” a miembros de la formación y a utilizar “la vía de la ambición para controlar a PPL”. El presidente de este partido, Ignacio Velázquez, así lo afirmó en declaraciones a la Cadena Cope, en las que aseguró que PPL ya no mantiene ninguna relación con el perfil de Lisbeth Salander, al contrario que Ciudadanos (C’s), que “mantiene cierta cordialidad a través de las redes sociales y un clarísimo apoyo”. Velázquez justificó ese primer contacto de su partido con Lisbeth Salander porque, como este perfil falso, PPL utilizaba las redes sociales como medio de difusión de sus ideas y actuaciones políticas. Lo hizo, según dijo, porque en aquel momento PPL “tenía cierto aislamiento” con los medios de comunicación tradicionales y decidió optar por las herramientas que proporcionan Facebook y Twitter para hacer llegar a la opinión pública sus mensajes.
En estas mismas redes se movía también el perfil Lisbeth Salander, con el que PPL empezó a tener contacto en 2012. En octubre de 2014, éste se rompió. La causa: el pseudónimo “fue haciendo una desviación clara del principal objetivo”, con “una crítica fuera de tono, exacerbada y con insultos personales a miembros del Gobierno y sus familiares”.
Actuación política y judicial de PPL
Paralelamente, Salander empleó “la vía de la ambición para controlar a PPL”, lo que motivó “extorsiones” a miembros del partido, con críticas también hacia ellos y la filtración en las redes sociales de información que salía del Comité Ejecutivo. Eso despertó las sospechas de los dirigentes de PPL de que miembros del partido estaban detrás de Lisbeth Salander, y fue lo que motivó su decisión de iniciar la maquinaria para apartarlos del partido.
“No podíamos consentir que un personaje anónimo que está insultando gravemente a determinadas personas, haciendo críticas desaforadas en las redes sociales, se identificara con un partido político en el que siempre hemos dado la cara clara y abiertamente”, señaló Ignacio Velázquez.
De ahí que PPL convocara un congreso extraordinario en agosto de 2014 para expulsar a los afiliados sobre los que tenían sospechas, y poco después, al ver que las críticas contra miembros de PPL “arreciaban” con injurias y calumnias, tomaron la determinación de denunciar ante la Guardia Civil lo que estaba ocurriendo y señalar a las personas de las que sospechaban.
Por ello, Ignacio Velázquez consideró que el sumario de la Operación Montecristo no compromete a PPL, sino a las personas que estaban en el partido y que fueron expulsadas por las sospechas que había sobre ellas. “Nunca hemos ocultado un inicio de relación con este personaje, pero afortunadamente lo rompimos en un momento determinado”, aseveró.
Sin intención de PPL de “derrocar” a nadie
Velázquez se mostró más cauto que algunos miembros del Gobierno local que no han dudado en afirmar que lo que pretendían quienes estaban detrás de Salander era “un complot” hacia el Ejecutivo melillense, por encima de la voluntad popular en las elecciones. Según el presidente de PPL, si hubo complot o no tendrá que decirlo un juez, aunque en este punto también quiso dejar claro que la estructura de PPL “no tenía ningún consorcio de intereses de derrocar a absolutamente nadie”.
El objetivo de PPL, insistió, era hacer “labor de opinión y crítica política”, mientras que Salander llegó al “insulto, la vejación y el agravio”. Y esa fue la razón por la que Populares en Libertad decidió romper esta relación en octubre de 2014. Dos meses después se produjeron las primeras detenciones relacionadas con Salander.
