Marín dejó claro que “lo que encontró el Gobierno es una ciudad unida” y, en realidad, “rota está ahora” porque los miembros del Ejecutivo “se ponen zancadillas y a caer de un burro”, lo que tampoco genera expectativas de futuro
El PP acusó ayer al presidente de la Ciudad Autónoma, Eduardo de Castro, de mentir en el discurso institucional del Día de Melilla, que se conmemoró el pasado 17 de septiembre, debido a la “difícil situación que tiene” después de que “desde el minuto uno que traicionó a su partido se convirtió en un tránsfuga”.
En rueda de prensa, el secretario general del PP de Melilla, Miguel Marín, se refirió así a la afirmación de De Castro durante su discurso de que el Gobierno que preside «vino a unir, no a desunir», y a «coser una ciudad rota y abandonada por varias de sus costuras».
“No se lo cree ni él porque lo que se encontró no se lo hubiera esperado ni en el mejor de sus sueños”, respondió Marín aludiendo a las “arcas públicas llenas y saneadas” y el superávit de la Ciudad Autónoma, que atribuyó a la gestión del anterior Gobierno, en manos del PP, y que “ha permitido despilfarrar el dinero en proyectos innecesarios” al Ejecutivo actual.
Además, dejó claro que “lo que encontró el Gobierno es una ciudad unida” y, en realidad, “rota está ahora” porque los miembros del Ejecutivo, compuesto por Coalición por Melilla (CPM), PSOE y el propio De Castro, “se ponen zancadillas y a caer de un burro”, lo que tampoco permite generar expectativas de futuro.
Vacío de contenido
Por el contrario, aseguró que el PP “tiene mucho que ofrecer a los melillenses”, a los que dijo que “hay futuro y propuestas sensatas y coherentes que van a ayudar a dar un giro de 180 grados en la ciudad” a los desempleados, los jóvenes y a los comerciantes, hosteleros y pequeños empresarios.
En este sentido, Marín lamentó que De Castro no hiciera alusión a estos colectivos en su discurso del 17 de septiembre, del que dijo que estuvo “vacío de contenido” por no referirse a quienes necesitan “un mensaje de optimismo y esperanza” y “propuestas de mejora de la actividad económica para dar certidumbre”.
También por no incluir reivindicaciones al Gobierno central, que tiene numerosas competencias en Melilla “y tiene abandonada a la ciudad”, y porque el discurso estuvo “muy mal leído, con frases deslavazadas que no tenían sentido unas con otras”.
Un discurso, según Marín, que fue “propio de un tránsfuga que está presidiendo la ciudad”, ya que apunta que el Gobierno “está en manos de Mustafa Aberchán, que es quien de facto preside la ciudad”.
Eso, en palabras del número dos del PP, es lo que ha provocado que el Día de Melilla haya estado marcado por un acto organizado por la Ciudad Autónoma que estuvo lleno, a su juicio, de chapuzas y mentiras, y que fue “una tomadura de pelo al conjunto de los ciudadanos”, a los que no se invitó alegando las medidas anticovid pese a haberse celebrado este verano “multitud de eventos con cientos de personas”.
Tapar el Día de Melilla
“No se hizo así porque ni a Aberchán ni a CPM les gusta el Día de Melilla y reniegan del día en que se celebra el aniversario de la pertenencia de esta ciudad a España”, consideró el dirigente popular.
Esa es la razón por la que el PP cree que la Ciudad Autónoma organizó para el 17 de septiembre un acto de homenaje a las víctimas de la pandemia y la entrega de las Medallas de Oro, dos reconocimientos que los populares ven positivos, pero no para que “intenten usarse para tapar el Día de Melilla, que es lo que hizo el Gobierno”.
El PP dice no entender la actitud del Gobierno “intentando dejar en la irrelevancia el Día de Melilla, simplemente por satisfacer el deseo de Aberchán”, algo que cree inadmisible y de lo que responsabilizó a la secretaria general del PSOE y vicepresidenta primera de la Ciudad Autónoma, Gloria Rojas, que “se ha convertido en la tapadera de Aberchán”.
