Un joven podría pasar un año en prisión después de haber sido engañado por su expareja para quebrantar la orden de alejamiento por la que no se podía acercar a ella durante el plazo de 16 meses. La chica admitió que lo hizo porque quería hablar con él y desconocía las consecuencias que podía traerle. El Ministerio Fiscal reclama una pena de un año de prisión para un joven por quebrantar el pasado 25 de octubre la orden de alejamiento que le prohibía acercarse a su expareja. El acusado admitió los hechos: “Me llamó diciendo que fuera urgentemente porque el niño estaba muy mal”, aseguró. Según sostuvo, quiso marcharse en cuanto comprobó que su hijo de dos meses estaba en buen estado, “pero llegó la Policía”.
Esta versión fue contrastada por la exnovia, una chica de 16 años de edad. Argumentó que “sólo quería hablar” con el acusado y, pensando no acudiría a su encuentro, le mintió con la excusa de que el bebé tenía fiebre. “Fue culpa mía, él no quería venir. No sabía las consecuencias que iba a tener”, afirmó.
La persona que llamó a la Policía fue la madre de la menor. No obstante, ella misma fue quien le permitió que entrara a la casa familiar: “Yo llamé a la Policía porque la niña es menor de edad y quería irse con él”. Según explicó, lo que pretendía era que los agentes autorizasen a la adolescente “para no tener problemas después”.
Tras escuchar los testimonios, el juez declaró que el caso quedaba visto para dictar sentencia.
