El riesgo que ha cogido Pablo Iglesias con el derecho a decidir fuera del alcance de la Constitución actual, es morrocotudo. Ha metido los dedos en la guillotina y veremos como los saca, si puede sacarlos sin que el filo le corte los dedos. Ahora bien, si el pensamiento para su hacer es con intención "lenilista" camuflada en una democracia para llegar al axioma…
… de "el fin justifica los medios", entonces, solo entonces es cuando debemos echarnos a temblar. Bien es verdad que, Podemos está estudiado con calma e inteligencia basados en los movimientos comunistas y anarquistas que, dentro de la historia se han llevado a la práctica universalmente; por ejemplo tenemos España, la que desde 1934 ha sido considerada como un reino a destruir. De hecho el movimiento antisistema actual,incluida la CUP, ha intentado desde la "indignación" ser la kaleborroca del activo radical marxista-lenilista indignado jugando a su favor con la protección de los Derechos Humanos hábidos en la esencia contitucionalidad española, lo que en ningún país de índole marxista, tal como el bolivarismo, no ha permitido a los verdaderos demócratas constitucionales, ejercer.
Si repasamos, simplemente, la moderna Historia de España, vemos que los movimientos fundamentados en la radicalización del comunismo activo ha usado el pasivo histórico como referencia suficiente para actuar en consecuencia y en cada momento previsto o aleatorio circunstancial, tal es el caso de Podemos y sus Pablo Iglesias. De hecho solo hay que ver o repasar la verborea de sus dirigentes, los cuales dicen, contestan y mentalizan a la audiencia, con la rapidez del adoctrinamiento y la agilidad de la práctica leída y releída. De hecho ponen en práctica la cátedra de su filosofía favorita. Y cómo no, la demagogia hacia los indignados, indignándoles más.
Vamos a poner un ejemplo, Pablo Iglesias y su contorno prometen a los separatistas, en este caso catalanes, el derecho a decidir una autodeterminación. Mientras que por otro lado dice que, que la unidad no se rompe…
Todos sabemos que la continua concesión a la ambición hace fuerte a la avaricia del secesionista que, sólo busca el estado de la feudalidad de aquel Condado de Barcelona sobre el que fue Reino de Aragón, o sea disparate sobre disparate. Y lo peor de todo es que "el que la sigue la consigue" si enfrente tiene el Derecho Humano sin Derecho de Obligaciones por aquello del miedo a que nos llamen ¡fascistas!, ¡totalitarios!, o ¡racistas! que es lo que son los separatistas y los que les acompañan.
No se arragla este cisco, si no nos obligamos a responder con el imperio de la Ley, pero con la máxima dureza. La Carta Magna (la Constitución) tiene recurso escrito suficiente como para resolver al pié de la letra la secesión, y poner en su sitio a todo aquél que intente ayudar a la quiebra de la misma, aún siendo solo por demagogia política, sin tener que interpretar aquello que a uno u otro le interese. Derecho sí, pero el articulado constitucional independiente, para aquel capítulo, sentido y contenido de la letra, en que esté situado o definido.
Si este maremágnum de intereses contrarios al Estado de España, se vislumbra como aquel otro de 1934, será este ejemplo de una justificación por derecho para que el Jefe del Estado resuelva, incluso con la Ley de Defensa en la mano. Que no se den aquellos por sorprendidos, porque también deben de haber leido la Constitución para estos casos extremos, como es el actual a la vista de que hay políticos y partidos que contemplan esa posibilidad sólo por un puñado de votos, sean por puño cerrado o cazo a dos manos.
Esto es consecuencia de que, aunque digan en la U. E que, no se podrá hacer un separatismo de lo nacional ¡mentira!, siempre hay poderes escondidos "globales" que perforaran la estabilidad del Estado. Pongo por ejemplo que, desde la mentira sobre Irak se ha visto como por intereses foráneos se han ido destrozando estados y vidas con la más flagrante intención. Tal es el caso del terrorismo talibán y su organización múltiple interesada y agazapada en, para ellos, Derechos Humanos y para los demás "el fin les justifica los medios".
Desde el punto de vista de un posible repunte de la indignación, los centristas decíamos y pedíamos un equilibrio entre la económica y el trabajo, entre la hipoteca y el salario, entre el derecho a una vivienda y la sobre valoración por beneficios abusivos del "ladrillo". Pero despejando de lo anterior, la falta del razonamiento y responsabilidad por ambas partes, si no las hubiere. Y se sigue pensando que, ni derechas ni izquierdas, sino la moral del espíritu y el razonamiento como humano; que "tanto monta monta tanto, Isabel como Fernando" en todos los conceptos de la vida y el género. Y repito, a Dios lo que es de Dios y al césar lo que es del césar… Y la Unidad de España ha de ser intocable.
