Más de 300 marroquíes atrapados en Melilla por el cierre fronterizo decretado por su país se han negado este sábado a desayunar como protesta por "la escasez de comida y la mala calidad de la misma" al tiempo que permanecen en paradero desconocido 11 de los 15 que escaparon del campamento provisional que han montado en una explanada cedida por V Pino. Según ha informado la ONG Solidary Wheels y ha explicado a este periódico un portavoz de este colectivo, "en la mañana de este sábado en el V Pino de Melilla las personas allí "alojadas" han iniciado una protesta exigiendo una comida digna en calidad y cantidad". Estas personas "se quejan de pasar hambre o de la tardanza en los repartos de comida" en un centro en el que tienen que guardar confinamiento por la crisis del coronavirus y, por tanto, "no pueden trabajar ni siquiera salir a comprar su propia comida, y lo que les dan es escaso", ha indicado el portavoz.
Por ejemplo, según ha señalado dicho portavoz y testimoniado con una fotografía, el desayuno de este sábado "consistió en un vaso de plástico de unos 200 centilitros con leche en su interior y dos pastelitos envasados en bolsas de plástico".
Solidary Wheels, que afirma ser un colectivo independiente que lucha por la dignidad de las personas migrantes y refugiadas en tránsito, actualmente en Melilla, ha exigido que "se atienda la reivindicación de estas personas de más y mejor comida para poder sobrellevar un confinamiento que no les permite lograr alimentos por otros medios al tener prohibido salir del campamento".
Once acogidos del V Pino en búsqueda
Mientras tanto, once de las 15 personas que asegura la Delegación del Gobierno que escaparon la noche del jueves tras la cena, otras fuentes elevan la cifra a 50, siguen en paradero desconocido y están siendo buscados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para que sigan el confinamiento obligatorio decretado por el estado de alerta por la crisis sanitaria del Covid-19.
Estas personas estaban en el campamento que se ha montado con tiendas de campaña gigantes de la última Feria de Melilla, en una explanada cedida por el Complejo de ocio V Pino, lejos de casas y urbanizaciones, donde había acogidas 350 personas, la práctica totalidad marroquíes que quedaron atrapados en Melilla tras el cierre unilateral de la frontera por parte de Marruecos y la negativa de este país a aceptar el paso de ninguna persona, incluso sus nacionales.