Queda menos de un mes para que Música a la Luna vuelva a llenar de conciertos acústicos y gratuitos los antiguos rincones de Melilla La Vieja. El 3 de junio arrancará oficialmente este ciclo de conciertos, organizados por sexto año consecutivo por el Patronato de Turismo, que ha invertido 60.000 euros en la organización de un ciclo musical que no sólo cuenta con el respaldo de los melillenses en las noches de verano, sino que además se ha convertido en todo un gancho turístico con la música como excusa para aquellos que aún no conocen nuestra ciudad.
El viceconsejero de Turismo, Javier Mateo, presentó ayer oficialmente la sexta edición de Música a la Luna, que abrirá Patricia Kraus con un concierto el 3 de junio en la Plaza de Armas. Como todas las actuaciones confirmadas en Música a la Luna, la cita de los espectadores con la hija del célebre tenor canario Alfredo Kraus será a las 22.00 horas. La única diferencia de este concierto inicial será el día, viernes noche, ya que Cultura había pedido dejar la agenda del día 4 libre por la posible actuación de otro artista, cuyo nombre no reveló Mateo.
El resto de conciertos programados sí caerán en sábado por la noche, a excepción del último, que será el 16 de septiembre, coincidiendo con las horas previas a la celebración del Día de Melilla. El grupo Los Rebeldes será el encargado de poner el broche final a Música a la Luna con su “rock acústico y canalla” en la Plaza de Armas, tal y como reveló Mateo, que mostró su satisfacción por haber podido cerrar esta actuación que había quedado pendiente, después de un tiempo “detrás de ellos” para que vengan a Melilla.
También actuarán en el marco de Música a la Luna el grupo Marlango, con su “fusión eléctrica y delicada”, que podrá escucharse el 18 de junio en la Plaza de Estopiñán, un lugar con aforo más reducido para lograr un ambiente “más acogedor” para el tipo de música a la que pone voz Leonor Watling.
“El duende y cocción” de Antonio Carmona protagonizarán el tercer concierto de Música a la Luna el 9 de julio, al que seguirá Ángela Cervantes dos semanas más tarde, el 23 de julio, con una propuesta de “la jazz famale” para “los amantes de la bossa nova”, señaló Mateo.
En agosto sólo habrá un concierto de Música a la Luna, pero con una propuesta fuerte encarnada por Alejo Stivel, “la voz de Tequila”, que puso voz y alma en la composición de las “aclamadas canciones” del mítico grupo del Pop Español. Este concierto coincidirá con la Semana Náutica, de modo que será “un buen espectáculo para todos, los melillenses y los foráneos” que vengan a la cita deportiva.
Consolidado
El viceconsejero señaló que el ciclo de Música a la Luna está muy consolidado gracias al buen desarrollo de las cinco ediciones anteriores, y prueba de ello es la dificultad que ha entrañado la edición de este año para la elección de los artistas, ya que el listón había quedado “muy alto” y cada vez es más complejo elegir a la hora de elaborar la programación.
Sin embargo, indicó que el respaldo del público es lo que da “el entusiasmo” para que Turismo pueda llevar a cabo la organización de Música a la Luna un año más. No en vano, prácticamente todos los conciertos organizados hasta ahora han sido un éxito de público, que puede ascender a más de 2.500 personas en el caso de la Plaza de Armas, y entre 300 y 500 en la de Estopiñán.
Promoción turística con 2.000 folletos
El Patronato de Turismo de Melilla ha invertido 60.000 euros en esta sexta edición de Música a la Luna para cubrir los gastos de sonido, iluminación, viajes y dietas de estos artistas de la música española, que se encargarán este año de amenizar las noches en el histórico recinto amurallado de Melilla La Vieja.
Todos los conciertos serán acústicos y gratuitos, como en las ediciones anteriores, y serán promocionados en 2.000 folletos que Turismo ha editado para que sean distribuidos en los buques de Trasmediterránea y la Naviera Armas, así como en la agenda de ocio estival que elabora cada año la Ciudad Autónoma.
También se hará promoción de Música a la Luna a través de operadores y tour operadores para intentar conseguir que seguidores de los grupos y artistas confirmados en este ciclo musical viajen a Melilla atraídos por los conciertos y, de paso, conozcan la ciudad. Esto ya ocurrió el año pasado, erigiendo este ciclo musical en un gancho turístico para Melilla.