FOTO EL NORTE DE CASTILLA
LA VALORACIÓN DE GONZALO GARCÍA
El técnico bilbaíno no se arrepiente para nada de haber venido a Melilla, porque “gente buena me pidió ayuda y cuando te necesitan no puedes negarte”.
El entrenador del Melilla Baloncesto, Gonzalo García, comparecía tras la contundente derrota de su equipo. Así, en primer lugar quiso felicitar al Zunder Palencia “por la victoria, por la temporada y porque en un día como este viene un equipo descendido, a la vez que se jugaban unas semifinales de Euroliga entre el Barça y el Madrid, y llenan el pabellón. Es de alabar y da gusto ver proyectos como Palencia”.
Ya centrados en lo que fue el partido, explicaba que querían “competir”, sabiendo, como admitió, que no lo habíamos hecho “con ninguno de los rivales de arriba y esta vez tampoco pudo ser”. Para el bilbaíno, “los males del equipo volvieron a relucir con trece balones perdidos en el primer cuarto para un total de 19 en el partido, somos los que más pérdidas cometemos de la liga”.
Además, como añadió, los palentinos les cogieron “el 38% de los rebotes de nuestro aro y eso es una locura”. En este sentido, y según recalcó, “eso supone muchos más tiros del rival, que encima es bastante mejor que tú, que es más intenso y que físicamente es mejor”. Así pues, para el aficionado el choque resultó “muy atractivo”, porque hubo “muchas canastas y triples”, pero para Gonzalo García fue “un horror”. En definitiva, el Melilla Baloncesto “no compitió realmente, sí algo en la segunda parte, a través del acierto, pero nada más”, afirmó.
En cuanto a la temporada en sí, el preparador del decano incidía en que se trató de “media campaña muy complicada, porque cuando comienzas un proyecto por lo menos en pretemporada y al principio de liga tienes buenos momentos, pero cuando te embarcas aquí en la situación en la que estaba Melilla ya no hay buenos momentos, porque estás ahogado, las urgencias son las que son y vas al mercado y no consigues fichar a nadie, porque ya nadie quiere venir al club porque la situación es mala”.
Pese a todo, se mostró “orgulloso” de haber venido y no se arrepiente, ya que el objetivo principal era “ayudar a gente que se portó muy bien conmigo en la anterior etapa, como el presidente y el resto de directivos. Me pidieron ayuda y cuando gente buena te necesita, si está en tu mano tienes que ayudar”. Y luego, “una realidad, que es que los salarios de la LEB no te permiten estar mucho tiempo siempre sin entrenar”, aseguró.
Aun así, reiteró estar “contento” por haber venido a Melilla, aunque “no haya salido como queríamos todos. No me arrepiento”, concluyó.
