“Pero un buen día el doctor, astrónomo de pulsos y almohadas, predice que la Tierra se avecina, habrá eclipse de hombre entre dos albas, y nos descubre que la vida es un silencio, vestido de palabras”.
Palabras que se pueden usar para llevar el calor, la esperanza, la fe…Palabras para ayudarnos a seguir. Y también palabras para destruirnos. Todo son palabras. ¿Jugamos con las palabras o son las palabras las que juegan con nosotros?
Palabras para la Navidad. Esa que vienen cada año, desde un país lejano, donde se fabrica, en busca de las personas de esta tierra, ilusionadas, que desean que la Navidad se convierta en un estilo de vivir cada día y no solo en la sombra de una fiesta cada año. ya que la mejor fiesta que podemos hacer, es la de nuestra alegría en el afán diario de llevar a los demás nuestra presencia….
Nos falta Navidad, nos sobran naciones…Nos faltan estrellas de Belem, nos sobran misiles…Nos faltan mulas y bueyes, nos sobran aviones y carros de combate…Nos faltan vírgenes ilusionadas, nos sobra sexo chabacano y denigrante…Nos faltan San José anónimos, nos sobran obreros politizados…Nos faltan ángeles anunciadores, nos sobran, políticos engreídos….¡Cambio la Navidad por todos los estados, banderas y monedas, para que encontremos la libertad que nadie nos tiene que dar, porque se encuentra dentro de nosotros mismos, en espera de nacer de verdad, aunque sea en un pesebre, pero eternamente vivos¡…
No sé si eso lo he pensado yo, o alguien me lo dijo, cuando estaba mirando el pequeño portalillo que pongo en mi casa, cada año por estas fechas. No lo sé, porque llevaba medio “güisqui” de mas. Solo medio.
Buenos días y ustedes perdonen.
