“Nunca se nos vacía la despensa donde tenemos alimentos para compartir con las personas”

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"Al entrar en el hogar de las religiosas del Monte María Cristina de Melilla se puede percibir un torbellino de vida, de solidaridad y de entendimiento". Con estas palabras inicia Ana Oñate el reportaje que sobre estas monjas y la importantísima labor social que realizan publica la Diócesis de Málaga. El artículo repasa las distintas acciones y programas que llevan a cabo las religiosas, facilitando incluso alimentos a familias sin recursos gracias a las donaciones de melillenses anónimos. Al entrar en el hogar de las religiosas del Monte María Cristina de Melilla se puede percibir un torbellino de vida, de solidaridad y de entendimiento. En esta casa se encuentra el Centro Sociocultural María Inmaculada, donde cada día decenas de mujeres musulmanas reciben clases de alfabetización.

También alberga un comedor escolar y una guardería. Aunque son religiosas de María Inmaculada, en Melilla todo el mundo las conoce como las religiosas del Monte María Cristina. Porque así se llama el barrio donde se encuentra su hogar desde hace 37 años. Se trata de un barrio musulmán situado en el distrito cuarto de la ciudad autónoma donde predominan el paro y la falta de recursos económicos.

Cada tarde, 215 mujeres acuden al hogar de las monjas para participar en los talleres de alfabetización. Es tal el interés que despiertan estas clases que no sólo acuden mujeres musulmanas del barrio, sino que llegan de otros lugares de Melilla, algunas incluso cruzando la frontera. Además, las religiosas también promueven un taller de corte y confección para ellas y gestionan, desde la parroquia del Sagrado Corazón, un centro social para ayudar a jóvenes desempleadas a encontrar trabajo en el servicio doméstico.

Pero las hermanas del Monte no solo atienden a madres de familia que lo necesitan. También tienen talleres educativos para niños, una guardería con 33 plazas y un comedor escolar que cada día alimenta a un centenar de menores gracias a un convenio con la Consejería de Educación.

En la casa del Monte, el milagro de los panes y los peces parece repetirse cada día. "Cuando se comparte se recibe ciento por uno", explica Mercedes Moraleda, la hermana superiora. "Nunca se nos vacía la despensa donde tenemos alimentos para compartir con las personas".

Y es que las hermanas del Monte saben estar cuando de verdad se las necesita: "Las familias musulmanas suelen hacer una comida cuando algún familiar fallece. Como hay gente muy pobre y muy humilde siempre hay alguno que pide por las casas para que se pueda hacer la cena en memoria del difunto. Si nosotros nos enteramos nos adelantamos, aportamos lo que sea, aceite o un donativo", asegura la hermana superiora.

La labor de las hermanas del Monte es reconocida por los vecinos de Melilla. Algo que emociona y estimula a estas religiosas para seguir trabajando día tras día. "Es gratificante sentir el cariño de la gente, que percibe que lo que hacemos lo hacemos sin ningún tipo de interés y que la acogida está muy presente en esta casa".

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