Mujer, madre y emprendedora, Presentación Gómez Jiménez ha estado durante mucho tiempo compaginando su trabajo en el Hospital Comarcal de Melilla con su gran pasión: “El Colmao”, una coqueta tienda gourmet con zona de degustación, para el disfrute del paladar de los melillenses amantes de la buena gastronomía.
– ¿Cómo fueron tus inicios en el mundo empresarial?
– Mi marido trabajó durante muchos años en la Flor de Melilla, cuando su empleo comenzó a flaquear, vimos un establecimiento que traspasaban y aunque él tenía mucha experiencia en el sector y no estaba muy seguro, estando embarazada de seis meses, no pude dejar escapar la oportunidad de embarcarme, porque era algo que tuve siempre en mente, así que el día 6 de marzo del 84 abrimos las puertas.
A los tres años, mi marido aprobó para la policía local y me dediqué prácticamente sola al negocio. Allí estuvimos durante siete años.
Después de casi treinta años, ya viuda y trabajando en el hospital, seguía teniendo una espinita por el negocio, y tras un fracaso sentimental, decidí montar “El Colmao”, el día 6 de junio de 2016.
– ¿Como definirías a tu negocio?
– Es una tienda gourmet con zona de degustación.
Me costó mucho trabajo, pero finalmente el ayuntamiento me reconoció este epígrafe, que dejó de estar tipificado en el año 61. En la península este tipo de comercios sí existen pero aquí, en Melilla, es el único
– ¿Por qué el nombre de “El Colmao”?
– Yo recuerdo que de niña, en las tiendas de barrio, a un lado del mostrador los vecinos se tomaban sus chatos de vino y la tendera o el tendero, le ponía su poquito de queso de bola, tocino o lo que fuera en un papelón, y esos señores se tomaban allí su aperitivo. De ese entrañable recuerdo me vino el concepto, quería algo así.
– ¿Qué tipo de productos ofreces y qué variedad ofertas actualmente en “El Colmao”?
– Muchísimo, teniendo en cuenta que yo tengo cuatro negocios en uno.
Tengo bodega, porque trabajo con la franquicia córner de “Vino-Vino”, del puerto de Santa María, con vino a granel, como tinto joven, oloroso, roble, rosado, Pedro Ximenez, manzanilla, etc.
Después la tienda y la degustación, en la que oferto mucho producto asturiano, porque me parece de muy buena calidad, como el queso, el pote, las fabes, la sidra natural. También traigo de Córdoba o de Barbate, los salazones; de Madrid, he traído mucha variedad de aperitivos, como las banderillas, los “lagartos”, “bombas” o los “cohetes”, además de visitar todos los años la Feria del Gourmet.
Y por último, la croquetería, con casi 40 clases de croquetas distintas.
– A cuántas personas tienes empleadas?
– Actualmente tengo a una empleada junto a mi pareja y yo. Lo llevamos entre los tres.
La búsqueda de trabajadores cualificados en Melilla está muy complicada. Creo que esta nueva sociedad está creando mucho paro, mucha gente floja.
He estado mucho tiempo buscando un prototipo de mujer de unos cincuenta años, para que estuviera conmigo junto a la empleada que tengo actualmente y no he encontrado nada. Pienso que viven mejor con las ayudas, que teniendo que trabajar.
Desde los 14 años comencé a trabajar en una farmacia y mi jefa se iba y me quedaba con toda la responsabilidad, ahora eso no se encuentra. La gente joven no tiene la misma responsabilidad que teníamos antes.
– ¿Cómo has llevado la pandemia?
– Al margen de la tragedia sanitaria que ha supuesto, porque se ha visto morir a gente sola y eso no se supera tan fácilmente, el COVID a mi negocio le ha venido bien, porque en un principio, pensé que tendría que cerrar y enviar al ERTE a mi empleada, pero al considerarse un establecimiento esencial, no tuve que cerrar el negocio. Además, a raiz de un encargo de una clienta, que quiso que le preparara una cesta con productos gourmet para regalársela a un familiar y que posteriormente colgué en redes sociales, me salieron multitud de encargos de este tipo, abriendo otro campo más dentro de mi negocio.
También realizamos pedidos a domicilio.
