El líder de Junts exige (como suele ser habitual) desde Bruselas «especificidad» para la comunidad catalana en plenas negociaciones para la rebaja de la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales. Los españoles se temen que Sánchez pueda acceder también a estas nuevas pretensiones del líder fugado, aumentando, aún más, los privilegios concedidos a Cataluña.
Carles Puigdemont ya ha señalado la dirección en la que irá la próxima exigencia económica de Junts el Gobierno de Pedro Sánchez: una reducción de la jornada laboral propia para Cataluña, así como un Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y una revalorización con condiciones especiales para los catalanes.
El mensaje lo ha lanzado durante una reunión de su partido en Waterloo (Bruselas), donde vive el líder fugado y desde donde dirige, con mano de hierro, los pasos de Junts. Desde Junts aseguran que se trata de una petición «periódica» encuadrada en lo que ellos llaman «especificidad para Cataluña». Presumen de la ya conseguida la financiación autonómica. El momento de la petición es muy relevante, ya que llega en plena negociación para la reducción de la jornada laboral y el voto de los independentistas es, como siempre para este Gobierno, imprescindible.
Puigdemont afirma (dejando de lado al resto de españoles de otras comunidades) que saben que “vivir en Cataluña es más caro que vivir en otras zonas del Estado español y, por tanto, si el coste es claramente distinto y más alto, el salario mínimo interprofesional, entre otras cosas, también debería tenerlo en cuenta».
También reclaman desde Junts que “las pensiones de los jubilados catalanes se ajusten a ese mayor coste de la vida». Dicen también que son ellos los que escuchan a las pequeñas y medianas empresas y a los autónomos cuando desde Madrid se les quiere imponer una reforma, sin diálogo social ni consenso, del horario laboral, que afirman no considera el impacto que tendrá para el tejido productivo catalán. Una reforma que, según Junts, solo incrementará las dificultades y supondría más costes para las empresas y cero ganancias para el trabajador en términos de poder adquisitivo.
Durante la rueda de prensa que ofreció Puigdemont, tras la reunión de su grupo en Bélgica, atacó duramente al presidente de la Generalitat, Salvador Illa.
Según el líder de Junts, a Cataluña la falta «liderato» y la Generalitat se ha convertido en una «sucursal» de la Moncloa. «Esta es la única agenda que tienen para el país, este es su único proyecto de país: ocupar el poder al precio que sea«, incidió el político fugado.
Pese a las críticas de Junts a la reducción de jornada promovida por el gobierno, muchos españoles no dudan de que, si consigue que se atiendan sus nuevas (disparatadas y poco solidarias) exigencias, Puigdemont aprobará la reducción, porque sabe que es mejor lo malo conocido (Sánchez) que lo “peor” (al menos para él) por conocer (el PP).