La nueva normativa prohíbe las baterías de litio en el equipaje facturado y limita su transporte en cabina. Se permiten hasta dos cargadores de reserva, con restricciones de potencia. Los pasajeros deben seguir medidas de seguridad para evitar incendios.
La nueva norma, ya en vigor, obliga a llevar los cargadores portátiles y demás baterías de litio en cabina, limita a dos las unidades de repuesto y fija topes de potencia para cada dispositivo.
La Agencia de la Unión Europea para la Seguridad Aérea (EASA) y la Administración de Seguridad del Transporte de Estados Unidos (TSA) han anunciado que las baterías externas (conocidas como power banks) y cualquier repuesto de litio quedan prohibidos en el equipaje facturado. Solo podrán viajar en el equipaje de mano, protegidos contra cortocircuitos y, en ningún caso, conectados o cargándose durante el vuelo. El objetivo de estas medidas es evitar incendios en la bodega por sobrecalentamiento de las celdas.
¿Desde cuándo aplica la prohibición?
La directriz se publicó a finales de mayo de 2025 y es de aplicación inmediata para todas las compañías que operan en territorio de la Unión Europea. La TSA, por su parte, emitió su aviso un mes antes, armonizando así la restricción a ambos lados del Atlántico. Si vuelas hoy, la regla ya se te aplicaría.
Los requisitos y límite de vatios‑hora para las baterías de litio a bordo del avión son:
Potencia estándar: hasta 100 W/h por batería, sin necesidad de avisar a la aerolínea.
Potencia ampliada: entre 100 W/h y 160 W/h, solo con autorización previa de la compañía y nunca más de dos unidades.
Tope absoluto: por encima de 160 W/h, el transporte está prohibido.
Debemos recordar que los cargadores portátiles cuentan como “baterías de repuesto”, no como dispositivos electrónicos, y se les aplican los límites comentados.
Pasos para el transporte seguro
Revisa la etiqueta: localiza el dato en W/h o, si solo figura mA/h y voltaje, conviértelo (W/h = mA/h × V ÷ 1000).
Coloca cinta aislante en los bornes para evitar cortos.
Guárdala en un bolsillo accesible de la mochila; te la pueden pedir en el control de seguridad.
Llévala descargada al 30‑50 %; de esta forma disminuye el riesgo térmico.
No la conectes a ningún aparato durante el despegue ni durante el aterrizaje.
Posibles sanciones y riesgos
Las autoridades pueden retener o destruir el artículo, imponer multas que oscilan entre 300 € y 3 000 € y, en casos extremos, negarte el embarque. Aunque lo realmente importante, y grave, es el peligro potencial: una batería al rojo vivo puede iniciar un incendio que el sistema antiincendios de la bodega no consiga sofocar a tiempo.
Otros países, además de Europa y EEUU, ya restringen las baterías portátiles de gran capacidad: Filipinas prohíbe power banks de más de 160 W/h, incluso en cabina; Corea del Sur limita el número y tipo tras un incendio en un vuelo de Air Busan; Varias aerolíneas asiáticas vetan cualquier batería suelta en maletas facturadas.
La tendencia indica que la prohibición se podría extender rápidamente. Si vas a volar, mete tus baterías externas en la mochila de mano, protégelas y verifica su potencia.