La abogada de Leila Escofet insistió ayer en que la familia no sabía que la joven estaba embarazada, “no dijo ni pío a nadie”. De lo contrario, defendió, teniendo en cuenta que se trata de “una familia normal”, no habría sucedido lo que sucedió. Leila habría tenido al bebé, apoyada por su madre, según la abogada, “no hubieran dejado morir al niño, es todo muy turbulento”, dijo sobre lo defendido por la Fiscalía y por la sentencia del magistrado, tras la decisión del jurado popular que los declaró culpables de asesinato. Ana Hidalgo defendió que Leila no dijo nada de su embarazo por miedo a Mohamed Mohamed, que “le pegaba”. En cuanto al día del parto, el 20 de diciembre de 2012, Leila no contó con la ayuda de su madre, según Hidalgo, que defendió que Fátima (madre de Leila) no se quedó un rato limpiando mientras la joven era llevada al hospital, que sólo quitó la sangre y que en la estantería estuvo el bebé todo el tiempo hasta el 25 de diciembre, cuando la propia abuela lo comunicó. Hidalgo cree que Leila no tuvo un parto, sino un aborto, porque “salió todo junto, placenta y cordón umbilical, eso es cosa de un aborto a término”. De hecho, insistiendo en que nadie sabía nada, “creíamos que Leila había abortado en Marruecos hacía dos o tres días” y “nadie buscaba nada, porque no se sabía nada”.
