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:“No creo que exista posibilidad, al menos a corto y medio plazo, de que se vuelva a la mili obligatoria”

Entrevista a José Miguel de los Santos Granados, Comandante General de Melilla

El hasta ahora comandante general de Melilla, José Miguel de los Santos, ha destacado que a día de hoy “tenemos el Ejército más operativo que hemos tenido en mucho tiempo”, motivo por el que no cree que a corto o medio plazo vuelva la mili obligatoria, aunque matiza que esta no es una decisión militar sino política. Este es uno de los asuntos que ha tratado en la entrevista con MELILLA HOY antes de su pase a la?Reserva.

¿Qué valoración haría de los casi cuatro años que ha estado al frente de la Comandancia General de Melilla?

Estos casi cuatro años han sido una de las mejores épocas de mi vida militar. No todo el mundo tiene el privilegio y el honor de convertirse en comandante general de Melilla y ejercer el mando sobre un grupo de hombres y mujeres de la calidad y el compromiso como el que existe en esta guarnición. Si a esto le unimos mi condición de melillense, puede suponer que este sentimiento aumenta muy considerablemente.

En este tiempo, ¿cuál ha sido la realización que le ha supuesto una mayor satisfacción y cuál la mayor dificultad?

La mayor satisfacción ha sido comprobar como todo el personal de las unidades de la Comandancia General entrega su esfuerzo y trabajo diario a las actividades de instrucción y adiestramiento pues, como digo a mis subordinados siempre que puedo, nuestra principal misión en tiempo de paz es la preparación para el combate.

La mayor dificultad ha sido, como en toda nuestra Patria y, prácticamente en todo el planeta, la pandemia de covid-19. No ha sido fácil compaginar la preparación y la disponibilidad de nuestro personal con el zarpazo que la enfermedad ha propinado a nuestra sociedad.

Su mandato ha coincidido con el centenario del “Desastre de Annual”, también nombrado “Centenario de la Campaña de Melilla”. ¿Qué supone esta efeméride para la ciudad y su estamento militar?

En efecto, ha coincidido con la conmemoración del centenario de la Campaña de Melilla de 1921, que es como se ha denominado la efeméride principal del Ejército de Tierra para el año 2021. De hecho, la expresión “Desastre de Annual” se refiere exclusivamente a una fase de esta campaña. La Real Academia Española define campaña como “Tiempo que cada año estaban los ejércitos fuera de cuarteles en operaciones de guerra”. Por tanto, la campaña abarca todo el año natural de 1921, desde enero, mes en que se produce la ocupación de Annual, hasta diciembre, fecha en que ya se había recuperado gran parte de los territorios y posiciones perdidas. Hecha esta puntualización, en mi opinión, esta campaña fue extraordinariamente importante para Melilla, para España, y para la institución militar.

Para Melilla porque la propia españolidad de nuestra ciudad estuvo en peligro o, al menos, así lo percibió su población. Gracias a la reconquista, que se inicia en el último trimestre de 1921, se consigue garantizar la seguridad de Melilla, reafirmando su españolidad.

Para el conjunto de España porque, tras la reconquista, se suceden las operaciones militares, hasta llegar en 1925 al desembarco de Alhucemas y la pacificación definitiva del Protectorado en 1927.

Y para la institución militar porque la caída de Annual y el resto de posiciones lleva a una transformación del Ejército, introduciendo nuevas tácticas y técnicas de combate.

Los dos últimos años de su mandato han estado marcados por la aparición de una epidemia ¿cómo ha afectado esta crisis sanitaria del covid-19 a la labor militar en nuestra ciudad? ¿A qué cambios les ha obligado y a qué nuevas tareas les ha implicado?

Como he comentado antes, ha sido, sin duda, la mayor dificultad que he tenido que afrontar durante mi mando de la comandancia general. Como consecuencia de la pandemia, me vi obligado a sacrificar las actividades de instrucción y adiestramiento, en beneficio de la disponibilidad de nuestro personal para apoyar a nuestros compatriotas en todas aquellas capacidades de que dispusiéramos y pudieran ser de utilidad. Lo principal era estar en condiciones de poder poner a disposición de las autoridades civiles los medios y el personal necesario para tratar de minorar la incidencia de la pandemia en la población civil o, al menos, transmitir a la misma una sensación de relativa confianza. De esta forma, cuando se nos solicitó, proporcionamos patrullas, apoyo logístico de diversa índole, apoyo sanitario, rastreadores, etc. De hecho, aún seguimos proporcionando parte de esos apoyos, como los rastreadores o los equipos móviles de vacunación.

¿Cómo va el proyecto de conseguir que la mayoría de las unidades estén en la Base Alfonso XIII salvo algunas excepciones, como la Legión? Es decir, ¿cómo va el plautino abandono de terrenos militares como Caballería y otros que se van a destinar para ampliar el terreno civil de Melilla?

El proceso de abandono de acuartelamientos no es inmediato, sino que tiene que seguir una secuencia que se inicia con la declaración de no necesidad por parte del Ejército de Tierra. Esta declaración no se puede emitir hasta que no se den las condiciones necesarias para el traslado de las unidades. Y en ese punto es en el que nos encontramos con el Acuartelamiento de Primo de Rivera, a la espera de que concluyan las obras de construcción del edificio de mando del Regimiento de Caballería en la Base Alfonso XIII.

Otro hecho que ha sido noticia durante este tiempo ha sido la decisión del Gobierno de evacuar los cementerios de la isla de Alhucemas y Peñón de Vélez, un hecho que ha tenido muchas interpretaciones por parte de la ciudadanía ¿qué se ha buscado con este movimiento?

En primer lugar, hay que destacar que la decisión ha partido del Ejército de Tierra. Esta decisión ha venido motivada por el deterioro que estaban sufriendo los cementerios de los peñones de Vélez de la Gomera y Alhucemas y que ponía en grave riesgo de desprendimiento algunas zonas de dichos camposantos, lo que podría suponer la caída de restos al mar. De hecho, en Chafarinas no ha sido necesario trasladar los restos porque el cementerio se encuentra en una zona de la isla del Rey Francisco que no está batida por el mar y, por tanto, está menos expuesta al deterioro y no tiene riesgo de desprendimientos. En consecuencia, lo que se ha pretendido es garantizar una sepultura digna en el cementerio de la Purísima Concepción en Melilla para los restos de ambos peñones.

El 9 de marzo de 2001 se ponía fin a más de dos siglos de reclutamiento militar ¿cree que volverá la mili obligatoria o en cambio piensa que, con la actual situación, es decir con los militares profesionales, es suficiente para las necesidades del Ejército español?

Creo que no me equivoco si digo que hoy en día tenemos el Ejército más operativo que hemos tenido en mucho tiempo. En consecuencia, no creo que exista posibilidad, al menos a corto y medio plazo, de que se vuelva al sistema de servicio militar obligatorio. No obstante, esto no es una decisión militar. Por otro lado, la mayor tecnología aplicada a los sistemas de armas lleva también consigo la especialización del personal necesario para servirlos. Creo que los españoles pueden estar tranquilos y convencidos de que cuentan con unas Fuerzas Armadas modernas, preparadas, dispuestas y disponibles para ser empleadas donde y cuando España lo necesite.

En Melilla se echan de menos las juras de bandera ¿cree que Melilla puede llegar a algún día a recuperar estos acontecimientos que permitían la llegada de familiares de los militares desde distintos puntos de España?

En la actualidad, tiene lugar en Melilla un acto de Jura de Bandera anual para personal civil. Aunque en los años 2020 y 2021 no se ha podido realizar por la pandemia, este año 2022 está previsto que se celebre en el mes de octubre. En cuanto a Juras de Bandera masivas de nuevos soldados, estos actos se realizan en los Centros de Formación de los mismos, por lo que no es previsible que en los próximos años se puedan celebrar en Melilla actos como estos, a los que acudían familiares y amigos de todos los rincones de España.

Cuando llega un coronel nuevo a Melilla a mandar una unidad ¿qué es lo primero que le pide usted?

Normalmente, a todos mis subordinados les pido disciplina, lealtad y compromiso. Disciplina, como columna vertebral de nuestra Institución y que no implica la anulación del espíritu crítico, sino la asunción y cumplimiento de las órdenes como si fueran propias; lealtad hacia los superiores y hacia los subordinados, manifestando las opiniones con sinceridad y franqueza, y defendiendo los legítimos intereses e inquietudes de sus subordinados, solucionando sus necesidades o tramitando las que requieran de la acción de un escalón de mando superior; y compromiso con la unidad, que, en el caso de los coroneles supone el ejercicio responsable del mando, es decir, la adopción de decisiones, el control y exigencia de cumplimiento de las mismas, y la permanente preocupación por todos sus subordinados.

Melilla y su pueblo siempre han estado unidos, la simbiosis entre ambos ha sido siempre la predominante. Usted además es nacido en Melilla. ¿qué ha supuesto para usted mandar en la ciudad en la que dio sus primeros pasos?

Para mí ha supuesto un gran honor. A pesar de haber abandonado Melilla a los nueve años, siempre he estado orgulloso de ser melillense. Se puede imaginar lo que supone para un melillense volver a su tierra natal como comandante general. Muchas veces pienso, sobre todo, en mi madre, que también era melillense, y en lo orgullosa que se habría sentido de ver a uno de sus hijos como comandante general precisamente de Melilla.

¿Cómo ha sido su relación con la Ciudad Autónoma, la Delegación del Gobierno y las demás instituciones de Melilla?

Mi relación con todas las autoridades, tanto del gobierno de la Ciudad Autónoma, como de la Delegación del Gobierno, como de la Asamblea local y los representantes de Melilla en las Cortes Generales nacionales ha sido extraordinaria. La colaboración ha sido total, pues todos estamos en la misma nave y remamos en la misma dirección, es decir, todos buscamos lo mejor para nuestra ciudad y para nuestra Patria. Siempre he encontrado la comprensión por su parte y desde la Comandancia General les hemos ofrecido y proporcionado, cuando ha sido necesario, nuestro apoyo con las capacidades militares de las que disponemos. Todas estas autoridades cuentan con mi respeto y reconocimiento por la labor que desarrollan.

Con su pase a la Reserva, ¿qué va a hacer ahora que va a tener tiempo libre?

Con este cambio de situación, recuperaré aficiones que tenía algo abandonadas, como puede ser la lectura, escuchar música, el paseo y, sobre todo, dedicar tiempo a la familia pues, aunque mis hijos ya son mayores, tengo una nieta y un nieto, más otro en camino, que estoy seguro de que no me van a dejar estar muy ocioso.

Por último, si quiere comentar alguna cosa más que se haya quedado en el tintero, puede hacerlo en estos momentos.

Me gustaría, aprovechando esta oportunidad que me brindan, agradecer a toda la población de Melilla todas las muestras de afecto, respeto y cariño que han tenido conmigo y, lo que es más importante, que tienen siempre con las Fuerzas Armadas y la Comandancia General. Es, sin duda, lo más gratificante comprobar como la sociedad a la que pertenecemos y servimos valora nuestra actuación. Muy difícilmente encontraríamos otra ciudad donde esta relación de afecto sea tan intensa. Por eso, les estaré eternamente agradecido a todos los melillenses.

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Redacción

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