Dice Eduardo de Castro que en la legislatura que él está presidiendo como único diputado de la formación por la que se presentó -y de la que no se sabe si sigue formando parte-, se han incorporado 42 nuevos policías locales en Melilla. Lo dice como si fuera mérito suyo, cuando en realidad ninguno de ellos lo es. Porque los 32 que acaban de superar la oposición, y ahora están en periodo de formación, corresponden a la Oferta Pública de Empleo del anterior Gobierno de Imbroda, al igual que los 10 que lo hicieron con anterioridad, y que suman los 42 nuevos agentes de los que presume De Castro.
Cualquiera que esté atento al empleo público en Melilla, que es una parte importante de la población, sabe que las oposiciones por las que salieron 32 plazas de Policía Local fueron publicadas en el BOME antes de que De Castro imaginara, siquiera, que iba a llegar adonde ha llegado con tan escaso resultado electoral. Por si alguien quiere comprobarlo, puede hacerlo consultando el BOME del 9 de abril de 2019. Fue a finales de la legislatura anterior, solo dos semanas después de que el Gobierno anterior anunciara esta medida como una manera de ayudar a la reintegración laboral de los militares mayores de 45 años que deben dejar el Ejército por su edad.
Y es que Imbroda, el 21 de marzo de 2019, firmó un acuerdo con la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME) para facilitar esa reintegración laboral, anunciando que, entre otras medidas, la Ciudad Autónoma reservaría un 10% de las plazas de las siguientes oposiciones a la Policía Local, que tendrían 32 plazas. Por cierto, que esa incertidumbre de la población militar de qué hacer después de su retirada forzosa a los 45 años persiste y a este Gobierno no se le ha escuchado ninguna medida para ayudarlos, ni siquiera una mínima preocupación.
Pero siguiendo con estas oposiciones a las 32 plazas, de las que De Castro saca pecho, hay que decir que el plazo para inscribirse empezó solo 20 días después de salir en el BOME publicadas las bases, el 29 de abril de 2019, cuando el actual presidente aún estaba en la oposición. Su único mérito en estas oposiciones es que empezaran el 9 de octubre de 2020, un año y ocho meses después de que fueran convocadas, casi un año y medio después de que él tomara posesión como presidente.
Algo parecido ocurrió con las 10 plazas convocadas anteriormente, cuya convocatoria salió publicada en el BOME el 26 de octubre de 2018, en la legislatura pasada también. Las pruebas no empezaron hasta el 4 de mayo de 2019, pocos días antes de las elecciones. El cambio de Gobierno solo trajo retrasos de meses en su desarrollo y hubo incluso alguna intención entre los participantes de impugnarlas por esa razón.
Vemos, por lo tanto, que De Castro tiene pocos motivos para presumir, aunque lo haga. Quizá no se dé cuenta de su torpeza al hacerlo, porque todo el mundo sabe que, en esta legislatura, los 42 policías que se han incorporado lo han hecho en plazas convocadas en la anterior. Este Gobierno, en sus casi dos años de andadura, solo ha sacado una Oferta Pública de Empleo y ninguna de sus plazas ha sido para aumentar la plantilla de la Policía Local, sino la de Bomberos, también muy mermada. Supuestamente, en la OPE de 2021, que aún no ha salido cuando estamos ya en junio, se iban a reservar plazas para la Policía Local. De momento, nada oficial se sabe.
Cuando se sepa, entonces veremos cuál es, en realidad, la apuesta de De Castro por la Policía Local, que hasta el momento es nula: ni ha sacado nuevas plazas -sólo una, la del superintendente-, ni la futura Jefatura es un proyecto suyo, ni ha aplicado un acuerdo firmado en la anterior legislatura para mejorar las condiciones en las que trabaja este importante cuerpo de seguridad, formado por agentes que ya eran profesionales antes de que llegara este presidente, incluso sin tener un temario de formación supuestamente copiado de otros lugares y que, al menos que se conozca hasta ahora, tampoco tiene “sesgo político”.
