La meteorología no lo puso fácil, pero la tarde-noche de Reyes salió redonda en Melilla. Melchor, Gaspar y Baltasar fueron aclamados en el centro por cientos de familias que desafiaron al viento para disfrutar de una cabalgata a la inversa, en la que eran niños y mayores los que se movían en torno a las 14 carrozas. Todas ellas, situadas estratégicamente en las calles del Triángulo Modernista de la ciudad, estuvieron protegidas del viento, que llegó a alcanzar en alguna racha los 80 km/h, y lucieron con todo su esplendor gracias al despliegue de unas 800 personas que hicieron posible otro 5 de enero mágico en Melilla.
Los Reyes Magos de Oriente, puntuales a la cita, salieron del Teatro Kursaal en torno a las 18.00 horas, donde les esperaban muchos niños, acompañados por sus padres y familiares, con la ilusión reflejada en sus caras.
El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, recibió a Melchor, Gaspar y Baltasar y, tras la correspondiente foto de recuerdo, se desató una bienvenida de locura por parte de los pequeños melillenses, que colmaron a Sus Majestades de besos, abrazos, cariño y peticiones de regalos.
La Cabalgata estática
Tanto es así, que a los Reyes Magos les costó completar el paseíllo hasta la Avenida más de lo previsto, antes de dirigirse a sus carrozas, este año estáticas por razones de seguridad ante el mal tiempo.
A nadie le importó moverse de un lado a otro para disfrutar de una Cabalgata diferente, pero muy especial, que llenó el centro de alegría y, sobre todo, de caramelos. Alrededor de 2.400 kilos fueron lanzados desde las carrozas y quien más y quien menos logró llevarse a casa un dulce botín.
También hubo carbón para algunos en la cabalgata, donde lucieron las coreografías al ritmo del hilo musical que ambientaba el centro y en las que los Bomberos y la Policía Nacional participaron con sus propias carrozas, tan festivas como el resto.
Para terminar la Cabalgata, antes de empezar a recorrer casa por casa para dejar sus regalos, los Reyes Magos pasaron por el Palacio de la Asamblea, donde llevaron a cabo una recepción oficial en el Salón Dorado después de saludar desde el balcón.
“Estamos muy contentos de estar aquí”, reconoció Baltasar. Gaspar, por su parte, dijo que para ellos era “muy especial” venir a Melilla y compartir con los niños “todo el amor”, pero los pidió que sean buenos y, sobre todo, que hagan caso a sus padres. Gaspar, como Melchor, les hizo otro ruego para que se fueran pronto a dormir y que ellos pudieran empezar pronto a repartir los regalos, entre ellos algún patinete. “¡Un beso muy grande, nos encanta Melilla!”, se despidieron Sus Majestades hasta el año que viene.
La Cabalgata de Reyes, custodiada por medio centenar de policías locales
Un total de 51 agentes de la Policía Local participaron este viernes en el dispositivo de seguridad especial por la Cabalgata de Reyes. Según informó el vicepresidente tercero y consejero de Seguridad Ciudadana, Daniel Ventura, este despliegue tuvo que ser modificado debido a la alerta de fenómenos meteorológicos adversos, fundamentalmente fuerte viento, que llegó a registrar rachas máximas de entre 70 y 80 km/h.
La reordenación del tráfico y la escolta a los Reyes Magos y carrozas de la Cabalgata fueron las funciones principales de la Policía Local en este dispositivo, que se desarrolló sin problema pese a que había miles de personas en el centro viviendo uno de los días más especiales del año.
