Cuatro días después de haber sido condecorados por el Ministerio del Interior, los ocho guardias civiles que estuvieron imputados por su actuación en la valla fronteriza fueron ayer, nuevamente, protagonistas de una distinción: el ingreso en la Orden del Mérito Civil. La entrega de este reconocimiento se produjo ayer, cuando apenas habían transcurrido dos semanas desde que la Audiencia Provincial decretara el sobreseimiento definitivo de esta causa, iniciada a raíz de las denuncias de varias ONG. Pero tanto la propuesta del delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, como la concesión del Ministerio de Asuntos Exteriores, se produjo mientras estos agentes estaban aún inmersos en un proceso judicial que al final quedó en nada. Ayer, los agentes condecorados reconocieron que estas adversidades nunca les hicieron tirar la toalla en el cumplimiento de sus obligaciones como guardias civiles, pero sobre todo, dejaron clara una cosa: “Nadie conoce el drama que supone la inmigración irregular mejor que nosotros”. El comandante Jorge Utrilla, el agente de más rango de los ocho condecorados, fue el encargado de tomar la palabra en la entrega de estas distinciones, que estuvo respaldada por las principales autoridades civiles y militares de Melilla, y también por numerosos mandos de la Policía Nacional y la Guardia Civil, que abarrotaron el salón de la Delegación del Gobierno como una manera de expresar su apoyo “sin fisuras” a la Benemérita.
El comandante Utrilla admitió que estas condecoraciones suponen un buen broche a los meses de incertidumbre que han supuesto para ellos y el resto de guardias civiles que prestan servicio en la frontera por las imputaciones y las dudas críticas en general hacia su labor. “La concesión vino en unos momentos difíciles no solo por la enorme presión existente, sino por todos los elementos externos que rodeaban nuestras intervenciones”.
Pero pese a todo, destacó la firmeza de todos ellos para seguir adelante: “Fueron hechos y situaciones complicadas y difíciles de comprender en ocasiones, pero nunca nos hicieron bajar la cabeza ni por ello dejamos de cumplir con nuestras obligaciones como guardias civiles”.
“Nadie conoce el drama que supone la inmigración irregular mejor que nosotros. La hemos observado de cerca en cada servicio que hemos prestado, hemos visto día a día el aprovechamiento por parte de las mafias de la desesperación por la vida digna, hemos vivido situaciones que nunca podremos olvidar”, dejó claro el comandante, que recibió ayer la Encomienda de la Orden del Mérito Civil. Sus otros siete compañeros fueron condecorados con la Cruz Oficial de la Orden del Mérito Civil.
El comandante, en nombre de todos ellos, hizo extensivas estas distinciones al resto de efectivos que la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla y de la Agrupación de Reserva y Seguridad como un “homenaje público” a todos ellos, que constituye “el respaldo constante y sin fisuras que se ha sentido en todo momento del Gobierno central, de la Delegación del Gobierno y de la propia Ciudad Autónoma”.
“Se ha impuesto la razón frente al absurdo”
También habló alto y claro ayer el delegado del Gobierno en un extenso discurso que giraba en torno a un eje: la “siempre legal” gestión que la Guardia Civil realiza en la labor de custodia de la valla fronteriza, aunque se un trabajo “difícil” y “delicado”. Y pese a que los agentes desempeñan su labor “con generosidad”, lamentó que “de forma injusta” les haya ocasionado “críticas irresponsables y hasta procesos judiciales”, sin que ello conllevara el final del apoyo mayoritario de los melillenses.
“Se ha impuesto la razón y la Justicia frente a lo absurdo de quienes apuestan por la demagogia y el debate, sin más beneficiarios que las mafias que explotan y trafican con los inmigrantes”, señaló El Barkani. Pero a pesar de todo, lamentó que estos agentes se hayan “visto injustamente expuestos y sometidos a una dolorosa pena de banquillo” por la que han sufrido no sólo ellos como efectivos de la Guardia Civil, sino especialmente sus familiares, los “damnificados silentes”.
El Barkani aprovechó su discurso para reiterar el apoyo que siempre ha manifestado la Delegación del Gobierno hacia la Guardia Civil, tanto los agentes de la Comandancia de Melilla como los efectivos de refuerzo de la Agrupación de Reserva y Seguridad, “más allá de las demagogias, partidismos y posiciones interesadas de quienes quieren hacer de la custodia de la valla un arma arrojadiza”.
Por ello, el delegado del Gobierno aseguró que siempre estuvo convencido de que la Justicia zanjaría “las falsas acusaciones que otros fabricaron a partir de vídeos sesgados e informaciones parciales y manipuladas”. “Ni este Gobierno, ni vuestros mandos ni los ciudadanos estaremos nunca dispuestos a admitir que os quieran convertir en diana de un interesado debate, muy distinto y distante de los intereses generales que os toca defender”, dijo El Barkani a los agentes.
El drama humanitario
Sobre todo cuando, como dijo el delegado, la Guardia Civil mantiene un “sensible equilibrio” para defender las fronteras y “atender el drama humanitario de los inmigrantes que llegan a las puertas de Melilla en situación desesperada, tras ser víctimas de largos periplos en los que han sido explotados y llevados al límite por las mafias que trafican con seres humanos”.
En especial, se refirió al drama que se vivió en 2014 en la valla de Melilla. “La Guardia Civil ha contribuido a humanizar un drama que en la valla ofrece el contraste entre el primer y el tercer mundo”.
Y nuevamente, reiteró su convicción de los “beneficios sociales de una inmigración ordenada y regular”, para lo que mostró su deseo en que Europa “siga avanzando para conseguir una política común de inmigración”, gestionando “de manera más humanitaria y conveniente” los flujos migratorios más allá de establecer únicamente medidas policiales o de control fronterizo.
