Mucha alegría y emoción en el regreso de los primeros militares desplegados en Irak

Nervios, expectación, alegría y emoción. Demasiados ingredientes para el hervidero de emociones que ayer se palpaba en la Base Aérea Militar de Melilla, donde fueron recibidos los primeros soldados que regresaban a casa después de estar seis meses en Besmayah (Irak) participando en la operación de apoyo para formar al ejército de aquel país en su lucha contra el DAESH. El reencuentro de los soldados con sus familias fue, como siempre en el retorno de las misiones de paz, el momento más emotivo. Esta primera rotación que regresaba de la misión de Irak estaba integrada por unos 80 soldados, que viajaron juntos desde aquel país hasta Málaga, haciendo escala en Turquía. Desde la capital costasoleña llegaron en dos tandas a bordo de un avión militar. El primer vuelo tomó tierra en Melilla poco después de las nueve con la mitad de la rotación, y el resto hizo lo propio a media mañana.
En los próximos días irán llegando las otras rotaciones y en la última vendrá el coronel Ángel Castilla Trillo, máximo responsable del Grupo de Regulares número 52 de Melilla, que está al frente de este contingente, según informaron desde la Comandancia General.

Recibidos por el comandante general
En cuanto la aeronave llegó a la Base Aérea Militar y se abrió la puerta, la Nuba de Regulares empezó a tocar una animada marcha castrense para recibir a los soldados, muchos de ellos integrantes de esta unidad militar.
Uno a uno, los soldados fueron descendiendo del avión cargados con sus petates y saludaron al comandante general, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu, que les esperaba a pie de pista junto a otras autoridades militares de las diferentes unidades que integran la Comandancia General de Melilla (Comgemel). También acudieron el coronel jefe de la Guardia Civil en Melilla, Antonio Sierras, y el comisario José Manuel Gámez Castellanos, jefe regional de Operaciones de la Policía Nacional en Melilla.
En una breve intervención, Gutiérrez Díaz de Otazu dio la enhorabuena a los soldados por el éxito de la misión, en la que participan desde finales del año pasado unos 200 soldados de la Comgemel, junto con otras unidades del Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire de Baleares y la península.

El reencuentro con la familia
Después llegó el momento del reencuentro entre los soldados y sus familiares, amigos y allegados. Los besos, abrazos y lágrimas eran constantes en cada corrillo. Los niños, casi todos hijos de los militares que llegaban, protagonizaron los momentos más entrañables a la hora de recibir a sus padres. La añoranza de los cinco últimos meses dio paso ayer, por fin, a la alegría para todos ellos.
Algunos lo manifestaron con pancartas que desplegaron en la base aérea desde antes, incluso, de que el avión aterrizara. “Bienvenidos” era la palabra más repetida en las pancartas de los familiares, algunos de los cuales reconocían a MELILLA HOY que los últimos meses se han hecho muy largos y especialmente duros en momentos como las Navidades por tenerlas que celebrar separados.

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