Más de 300 inmigrantes intentan entrar en tres tentativas simultáneas por tierra y mar

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Más de 300 inmigrantes trataron de acceder ayer de forma clandestina a Melilla en tres intentos simultáneos por mar y por tierra en una madrugada de “intensa presión migratoria”, tal y como informó la Delegación del Gobierno en su versión oficial a través de una nota de prensa. El fuerte despliegue de la Guardia Civil y la Policía Nacional, en coordinación con las fuerzas auxiliares marroquíes, fue clave para frustrar los planes de la mayoría de los subsaharianos, ya que solo uno, procedente de Costa de Marfil, consiguió su objetivo de entrar a Melilla, el primero que entra de forma irregular a través de la valla desde el 30 de agosto. Según explicó la Delegación del Gobierno el primer intento de entrada se registró a las 5.45 horas, cuando la Guardia Civil avistó una patera que iba rumbo a Melilla. En ella viajaban 25 subsaharianos, todos varones, que finalmente quedaron en manos de las autoridades marroquíes después de que dos embarcaciones del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) comprobaran in situ que estaban “en perfecto estado de salud”.

Dos intentos simultáneos
Sin apenas tiempo de respiro, mientras la Guardia Civil estaba pendiente de la patera en el mar, las alarmas sonaron en la valla por la aproximación de un centenar de subsaharianos por la zona próxima al paso fronterizo de Beni-Enzar. La aduana fue cerrada durante 25 minutos para evitar que el grupo de inmigrantes intentara entrar a la carrera, como suelen hacer en cada intento que se produce cerca de un paso fronterizo.

En la valla colindante, un fuerte despliegue de la Guardia Civil, con el apoyo de los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que estaban prestando servicio en el paso fronterizo, lograron frustrar este intento de entrada desde el lado español con la coordinación de las fuerzas auxiliares marroquíes desde la otra parte. En este dispositivo también participaba el helicóptero de la Guardia Civil, que volaba muy bajo haciendo retumbar las viviendas cercanas, así como los agentes antidisturbios del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) que siguen reforzando a la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla desde hace meses.

Pese a este enorme despliegue, uno de los cien inmigrantes que trataron de saltar los seis metros de triple alambrada logró burlar todos los sistemas de seguridad, incluida la malla antitrepa. Según informaron las ONG que trabajan con inmigrantes en la ciudad, se trata de un varón de Costa de Marfil que ya está en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), que sigue muy por encima de su ocupación actual, superando el millar de personas acogidas.

Al mismo tiempo, otro grupo de 200 subsaharianos intentaron acceder a la carrera por el cauce del Río de Oro, entre los pasos fronterizos de Farhana y Mariguari, adonde se desplazaron parte de los efectivos que estaban conteniendo el salto en Beni-Enzar, incluido el helicóptero. Según indicó la Delegación del Gobierno, la Guardia Civil tuvo que activar “un fuerte dispositivo” para frenar la avalancha.

“El mensaje sigue siendo el mismo”
El delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, apuntó en declaraciones a los periodistas que solo cuatro de los inmigrantes lograron tocar la valla, ya que el resto habían sido repelidos por las autoridades marroquíes.

La normalidad en el perímetro no llegó hasta tres horas más tarde del primer intento por mar, tal y como apuntó El Barkani antes de insistir en que “no nos resignamos a que éste sea el modelo de inmigración”. “Lamentarlo enormemente, sabemos que están en situación de desesperación, pero el mensaje sigue siendo el mismo”, reiteró el delegado, para quien es necesario seguir luchando contra esta forma de entrada irregular a España “a veces violenta, con nocturnidad y alevosía”.

Coordinación con las mafias
Para la Delegación del Gobierno, esta “sucesión de intentos por mar y tierra, prácticamente al unísono, no deja lugar a dudas” de que los inmigrantes que acechan la frontera melillense están coordinados con las mafias que trafican con seres humanos, dedicadas a “promover este tipo de inmigración irregular basada en forzar la entrada ilegal de inmigrantes a través de la frontera sur de la Unión Europea”.

La madrugada de “intensa presión migratoria” ya se veía venir, pues fuentes policiales habían apuntado días atrás que se preveía que los inmigrantes aprovecharan la festividad del Aid El Kebir para intentar entrar de forma irregular, ante la suposición de que el despliegue de las fuerzas auxiliares marroquíes se viera mermado por la celebración de su pascua más importante. Finalmente el domingo la frontera estuvo tranquila, y también el día siguiente, festivo en Melilla. Sin embargo, ya ayer de madrugada el helicóptero de la Guardia Civil salió a sobrevolar el perímetro, aunque no se registró finalmente ningún intento de entrada.

El último intento de entrada se produjo hace justo una semana, el 1 de octubre, cuando 200 subsaharianos quisieron acceder de forma irregular a Melilla y ninguno consiguió su propósito.

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