Mohatar confía en que la construcción de la nueva línea eléctrica de la Planta Desalinizadora sea “una realidad”

Tras los recientes cortes en el suministro de agua que ha sufrido la Planta Desalinizadora de la Ciudad debido a una avería en el suministro eléctrico, el consejero de Medio Ambiente y Sostenibilidad, Hassan Mohatar, confía en que la construcción de una nueva línea eléctrica que sustituya a la actual -de unos 14-15 años- sea “una realidad” y pueda surtir de energía a la desaladora. La empresa pública ‘Tragsa’ será la encargada de construir dicha línea para evitar problemas en el suministro eléctrico que repercuta en el rendimiento de la desaladora.

Por otro lado, Mohatar ha anunciado que la desaladora cuenta ya con dos nuevos módulos trabajando a pleno rendimiento. Asimismo, aseguró que las restricciones en el suministro de agua que ha sufrido la ciudad a principios de esta semana la población “no la percibió prácticamente” porque sucedieron a lo largo de la mañana y los depósitos generales de la Ciudad “tenían agua para repartir a la ciudadanía”.
“Se nos comunicó por parte de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), pero fueron mínimos y no afectaron en nada a la población”, asegura.

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«Enshittification» y «Weaponification» en Melilla: Reflexión sobre los ataques a Guelaya-Ecologistas en Acción Ricardo Dominguez Llosa El pasado 19 de diciembre de 2024, Juan Carlos Montoya publicó un artículo titulado en Tribuna de opinion, en el que vertió duras críticas hacia la asociación Guelaya-Ecologistas en Acción, una ONG que lleva años trabajando de manera activa y comprometida en la defensa del medio ambiente en Melilla. Este tipo de ataques no solo desvirtúan el trabajo de una organización que ha demostrado con hechos su compromiso con la sostenibilidad y la justicia climática, sino que también representan un fenómeno más amplio y preocupante que podríamos calificar como «enshittification» y «weaponification» del discurso público. ¿Qué significa «Enshittification» y «Weaponification»? El término «enshittification» se utiliza para describir el proceso mediante el cual algo que inicialmente tiene un propósito positivo o constructivo se degrada hasta convertirse en un espacio o herramienta tóxica. Por otro lado, «weaponification» hace referencia a la instrumentalización de ciertos discursos o ideas para atacar, desacreditar o deslegitimar a individuos o colectivos. En este caso, ambos conceptos parecen aplicarse al contexto de las opiniones vertidas por Montoya, que no solo atacan sin fundamento a Guelaya, sino que también reflejan una tendencia preocupante hacia la polarización y la desinformación en temas tan cruciales como el cambio climático y la protección medioambiental. Guelaya-Ecologistas en Acción: Una labor encomiable Guelaya-Ecologistas en Acción lleva años trabajando en Melilla para promover la sostenibilidad, proteger la biodiversidad local y concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de actuar frente a la crisis climática. Su labor incluye actividades de reforestación, limpieza de entornos naturales, campañas de sensibilización y propuestas de políticas públicas orientadas a la sostenibilidad. Estas acciones no solo benefician al medio ambiente, sino que también contribuyen al bienestar de la comunidad melillense. La ONG forma parte de una red nacional de Ecologistas en Acción, que se rige por principios de transparencia, participación y rigor científico. Sus informes anuales y actividades están respaldados por datos y análisis que buscan incidir en la toma de decisiones políticas y sociales. El ataque de Montoya: Una crítica sin fundamento En su artículo, Montoya recurre a un lenguaje incendiario y descalificativo, calificando a los miembros de Guelaya como «provincianos», «terraplanistas» y «negacionistas del cambio climático». Estas acusaciones no solo son infundadas, sino que también resultan irónicas, dado que Guelaya ha sido una de las voces más activas en Melilla en la lucha contra el cambio climático. Este tipo de críticas parecen más bien una estrategia para desviar la atención de los problemas reales que enfrenta la ciudad, como la falta de políticas públicas efectivas para abordar la crisis climática o la degradación de los espacios naturales. Al atacar a quienes trabajan por el bien común, Montoya no solo desacredita su propia posición, sino que también contribuye a perpetuar un clima de desinformación y hostilidad que dificulta el progreso colectivo. No matar al mensajero, pero sí escuchar el mensaje El título del artículo de Montoya, resulta paradójico, ya que su texto parece precisamente un intento de desacreditar al «mensajero» que trae un mensaje incómodo pero necesario: la urgencia de actuar frente a la crisis climática y la necesidad de proteger nuestro entorno natural. En lugar de atacar a quienes trabajan por el bien común, sería más constructivo abrir un diálogo basado en el respeto y la evidencia científica. La crisis climática es un problema global que requiere la colaboración de todos los sectores de la sociedad, y descalificar a quienes están en la primera línea de esta lucha solo nos aleja de posibles soluciones. Reflexión final El caso de las críticas de Montoya a Guelaya-Ecologistas en Acción es un ejemplo de cómo el discurso público puede ser utilizado de manera tóxica para atacar a quienes trabajan por el bien común. Sin embargo, también es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de defender a las organizaciones y personas que, con esfuerzo y dedicación, luchan por un futuro sostenible. Es fundamental que, como sociedad, aprendamos a distinguir entre las críticas constructivas y los ataques infundados, y que apoyemos a quienes, como Guelaya, dedican su tiempo y energía a proteger el planeta y garantizar un futuro mejor para todos. En un mundo donde el cambio climático es una realidad innegable, no podemos permitirnos el lujo de desviar la atención de los problemas reales con discursos vacíos y descalificaciones sin fundamento.

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