Mohand acierta al revertir las duras restricciones a la hostelería y gimnasios

Rectificar es de sabios y en esta ocasión el titular de Salud Pública ha acertado con un sector clave en la economía de Melilla, porque, como dijo ayer, será más fácil vigilar el cumplimiento de las normas sanitarias en estos locales que no en las fiestas ilegales que ya tenían lugar en nuestra ciudad.

Durante toda la pandemia han sido el colectivo más castigado por las restricciones para intentar controlar la transmisión del coronavirus en la ciudad, pero con el paso de los meses se ha visto claramente que la culpa no era de ellos, más bien al contrario.

La hostelería, en su inmensa mayoría -siempre pueda haber alguna excepción que confirme la regla-, ha respetado todas las medidas de seguridad anti-covid y por ello no se entendía esa fijación con este colectivo, que tanto trabajo da en la ciudad.

Desde el 26 de enero, tras el repunte de Navidades, un repunte que se no produjo precisamente en cafeterías, bares y restaurantes, sino en otros lugares de reuniones numerosas en ámbitos privados, han visto cómo tenían que cerrar a las siete de la tarde y padecer una limitación constante en el número de mesas, así como la prohibición de usar la barra. Pero ya la guinda llegó esta semana cuando se anunció que desde este sábado ya no podía usarse el interior, lo que puso en pie de guerra a todo este colectivo y a otros afectados por medidas similares, como los gimnasios.

Sin embargo, ayer llegó al fin la rectificación. El encargado de hacer pública las nuevas medidas era el consejero de Salud Pública, Mohamed Mohand, que nunca imaginó, cuando fue nombrado en julio de 2019 al frente de este área, que iba a lidiar unos meses después con la peor crisis sanitaria de los últimos cien años. A nadie le gusta escuchar las malas noticias y él, por su posición, debía darlas en nombre del gobierno que preside Eduardo de Castro y comparten PSOE y CPM, con el consiguiente desgaste.

Con la nueva orden dada a conocer ayer por Mohand, no solo se permitirá el uso del interior de los locales de hostelería, gimnasios y centros deportivos -con una limitación de un tercio del aforo-, sino que incluso amplía el horario de cierre de las 19,00 horas a las 21,00 horas.

Rectificar es de sabios y en esta ocasión el titular de Salud Pública ha acertado con un sector clave en la economía de Melilla, porque, como dijo ayer, será más fácil vigilar el cumplimiento de las normas sanitarias en estos locales que no en las fiestas ilegales que ya tenían lugar en nuestra ciudad.

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