Carta del Editor MH, 29/10/2023
Enrique Bohórquez López-Dóriga
Melilla y Ceuta deberían ser la 18ª Autonomía de España
Todavía estoy en Madrid, por las razones médico-familiares que mencioné en mi Carta anterior, y leo, en la página 3 de nuestro periódico del viernes, un artículo de opinión con el título “Imbroda recibe al Observatorio de Ceuta y Melilla”.
Lo leo y, una vez más -y van muchas veces- no extraigo conclusión alguna sobre lo que dice este Observatorio, ni sobre lo que se deduce acerca del libro, presentado el jueves, de título “El largo camino hacia la autonomía”, de Melilla y Ceuta.
“Durante el encuentro, el presidente de Melilla y el Observatorio de Ceuta y Melilla han tenido la ocasión de compartir inquietudes ante los desafíos de la ciudad autónoma de Melilla, estrechar relaciones y posibles vías de colaboración”. Es una larga frase, absolutamente falta de contenido, excepto que el hecho de “compartir inquietudes y estrechar relaciones y posibles vías de comunicación” -aunque sea entre Imbroda y los directivos del Observatorio- haya servido alguna vez, en la larga historia de miles de años de la Humanidad, para solucionar algo.
Ceuta y Melilla deberían ser la decimoctava Autonomía de España. No pueden, ni deben, ser otra cosa. Le guste o no a Marruecos
La obra, el libro ‘El largo camino hacia la autonomía’, “pretende servir como herramienta de análisis y reflexión para entender los retos y oportunidades que enfrentan Ceuta y Melilla en su búsqueda de autonomía”, es el párrafo final del artículo. Yo creo que los retos y oportunidades a los que se enfrentan Ceuta y Melilla (o Melilla y Ceuta, que tanto monta, monta tanto) ya los conocemos y padecemos melillenses y ceutíes, desde hace muchos años. El reto está muy claro, y no hace falta que “observen” más: Melilla y Ceuta no están dentro del mapa autonómico español, no somos Autonomías, ni estamos incluidos en ninguna de las Autonomías en España existentes.
La solución, en mi opinión, también es clara: Ceuta y Melilla deberían ser la decimoctava Autonomía de España. No pueden, ni deben, ser otra cosa. Le guste o no a Marruecos, por cierto y como comentario adicional, especialmente dedicado al lamentable presidente, en funciones, del Gobierno de España, Pedro Sánchez.
El fantasma de la guerra
Guerra, un fantasma que no cesa de aparecer. Estoy leyendo uno de los grandes libros del Premio Nobel de Literatura, en 1953, Winston S. Churchill, sobre la Segunda Guerra Mundial. El 10 de agosto de 1941 el presidente norteamericano, Roosevelt, subió a bordo del ‘Prince of Wales’ para reunirse con Churchill, y presidieron ambos un oficio divino multitudinario sobre el alcázar del buque. “Casi la mitad de los que estaban allí morirían muy pronto”, fue el comentario de Churchill al recordar el acto, en el que se produjo la famosa ‘Declaración conjunta del Presidente y el Primer Ministro’, la Carta del Atlántico, del 12 de agosto de aquel año. En su octavo y último punto concluían: “Todas las naciones del mundo, por motivos tanto realistas como espirituales, deben dejar de lado el uso de la fuerza”. Obviamente, eso ni ocurrió entonces, ni ocurre ahora.
“Por qué fracasan los países”, es el título de un famoso libro del turco y estadounidense Daron Acemoglu y de James Robinson, libro que explica cómo, partiendo de condiciones similares, en algunos países hay hambrunas y en otros todo lo contrario, y analiza el papel que juega la política en esos casos.
¿Por qué se dan esas enormes diferencias económicas entre Israel y Gaza? ¿Quizás porque un país, Israel, tiene un sistema político democrático, mientras que el sistema político de Gaza es una teocracia?
La renta per cápita de los Territorios Palestinos es quince veces inferior a la israelí, apenas 3.700 euros anuales, una de las más bajas del mundo, una de las diferencias de renta más abruptas del mundo para países vecinos (similar a las diferencias que existen entre España y Marruecos, por cierto). Además, según un informe de la ONU, el 80% de los 2,2 millones de habitantes de Gaza ya necesitaba ayuda internacional antes de la guerra.
¿Todo eso llevará a la guerra, a una catástrofe mundial? Debería ser evitable, pero… ya lo veremos, pronto
¿Por qué se dan esas enormes diferencias económicas entre Israel y Gaza? ¿Quizás porque un país, Israel, tiene un sistema político democrático, mientras que el sistema político de Gaza es una teocracia, cuyo objetivo manifiesto es la desaparición de Israel? Quizás.
¿Todo eso llevará a la guerra, a una catástrofe mundial? Debería ser evitable, pero… ya lo veremos, pronto.
