Melilla es la segunda ruta más utilizada por los refugiados sirios para llegar a Europa, a pesar de que este año se han registrado apenas un tercio de las solicitudes de asilo de 2015, al tramitar algo más de 2.300 peticiones frente a las 6.336 del año pasado. La responsable de la Agencia de la ONU para los Refugiados en España (ACNUR), Francesca Friz-Prguda, explicó ayer de visita en nuestra ciudad que la reducción del acceso de refugiados sirios por las fronteras terrestres de Ceuta y Melilla está combinada con el aumento de llegadas a las costas andaluzas, que se ha casi triplicado en comparación con los últimos 18 meses. Pese a esta importante caída de solicitudes de asilo en Melilla, Friz-Prguda explicó que el paso fronterizo de Beni-Enzar es el primer punto de entrada en España para los refugiados que llegan huyendo de la guerra de Siria y por lo tanto, es “un punto de importancia estratégica para la protección internacional”.
Aunque Melilla sea la segunda ruta más usada por los refugiados, la realidad es que España abarca sólo un 1% de las solicitudes de asilo de Europa, frente a otros países como Alemania, que tiene casi el 40% de las peticiones. Por ello, la responsable de ACNUR consideró que “hay que hacer más” para que nuestro país pueda contribuir más a esa responsabilidad colectiva, facilitando vías legales para trasladar a refugiados desde los países de primera acogida.
“Países industrializados, democratizados y estables como España pueden y deben hacer más”, dejó claro Friz-Prguda, convencida de que las 2.300 peticiones de asilo registradas este año en Melilla “no llegan lejanamente a las necesidades” que hay, con más de cuatro millones de refugiados en la vecindad de Siria.
De ahí que insistiera en que España debe hacer más en este ámbito para “aliviar la carga o responsabilidad de otros países”, a pesar de que casi todos están en desarrollo o en conflicto, y por lo tanto, “su situación es más complicada que la de España”.
“Claramente hay trabas en el acceso a la frontera”
Por ello, subrayó la importancia de la oficina de asilo de la frontera de Beni-Enzar, para la que pidió protección y más recursos, aunque ACNUR piensa que “claramente hay trabas en el acceso a este puesto fronterizo”, ya que no hay ninguna solicitud de asilo de personas subsaharianas y hay refugiados sirios que aseguran que han tenido que pagar para llegar a él.
¿Por qué no hay peticiones de asilo de subsaharianos? La responsable de ACNUR en España dijo no saber “hasta dónde debe influir el país vecino”, pero “España, en el ejercicio de su soberanía, lo que sí puede hacer es que aquellos que lleguen a su territorio, se les identifique sus necesidades y derivarlos adonde más se pueda trabajar en ellas”. Eso, según explicó, puede traducirse a veces en la expulsión, ya que “no necesariamente todas las personas están en situación de protección internacional y puede ser una entrada irregular sin derecho a mantenerse en España”.
Llamamientos al Gobierno
Francesca Friz-Prguda aprovechó su viaje a Melilla para trasladar un mensaje al nuevo Gobierno sobre la urgencia de elaborar un protocolo que regule la reforma de la Ley de Extranjería que da cobertura legal a los rechazos en frontera desde el 1 de abril de 2015, y explique cómo se puede efectuar un rechazo en frontera de forma legal y de acuerdo a la necesidad de facilitar el acceso para los que lo necesitan.
En este sentido, Friz-Prguda consideró que “las devoluciones automáticas siguen siendo ilegales porque no toman en cuenta la situación particular y personal” ni tampoco abre expedientes ni da garantías para que las personas puedan acceder al procedimiento de asilo. “Es sumamente importante parar las devoluciones automáticas de esa enmienda del 1 de abril a la Ley”.
La responsable de ACNUR en España pidió también que se establezca un mecanismo de rápida y eficaz identificación y derivación de cualquier entrada irregular a España, ya sea por vía terrestre, marítima, en las ciudades autónomas o la costa andaluza, ya que “es toda España y la legalidad internacional, nacional y comunitaria es aplicable”.
El CETI no cumple la directiva de refugiados
Respecto al CETI, dejó claro que no es un lugar adecuado para las personas que llegan huyendo de la guerra, “y menos para mujeres y niños”, ya que sufren una situación precaria, sin posibilidad de unidad familiar y pasando frío, además de que tienen la incertidumbre de no saber cuándo serán trasladados a la península.
El CETI acoge en estos momentos a 950 personas y un 51% son refugiados, por lo que consideró que “ahora es realmente tiempo de cambiar y transformarlo en un centro de rápida identificación y las necesidades varias que pueden ser casos de protección internacional”, cumpliendo la directiva europea para la acogida de refugiados, que ahora no se está aplicando.
Lo que ACNUR pide es que el CETI sea un centro en el que se identifique a los refugiados y se les derive rápidamente a la península, en un plazo de entre 3 y 5 días. En la actualidad, los traslados se realizan en un plazo medio de unas tres o cuatro semanas. Para la Agencia de la ONU para los Refugiados, esto es algo “necesario e indispensable” y requiere recursos, ya que Melilla es “el punto número uno de entrada en España de sirios huyendo de la guerra”.
“Una puerta de esperanza y seguridad”
Pese a todas estas cosas que hay que cambiar y mejorar a juicio de ACNUR, su responsable en España destacó que Melilla se ha convertido en estos últimos años en “una puerta de esperanza y seguridad para miles de personas que huyen del conflicto” de Siria. “Tanto Melilla, como la Policía y los demás actores pueden sacar orgullo de haber facilitado una oficina de asilo que ha facilitado que miles de mujeres y hombres sirios que huyen de la guerra tengan un acceso a la seguridad en España”. En concreto, más de 8.600 personas en apenas dos años.
Por ello, pidió que se consoliden y fomenten los “logros masivos y muy impresionantes” que se han dado en Melilla para acceder al procedimiento de asilo.
También destacó que España, a pesar de que ha sufrido una crisis económica muy dura que ha afectado a muchos ciudadanos, no ha caído en una “xenofobia abierta y aguda”, ya que ACNUR no tiene conocimiento de crímenes de odio y, además, “en España no se ganan elecciones con el discurso de ocio hacia el refugiado o el inmigrante”.
