Melilla secundó ayer los muchos actos de protesta y condena que se han sucedido en los últimos días contra los atentados terroristas de París con una concentración ante las puertas del Palacio de la Asamblea. Las principales autoridades de Melilla, junto con un nutrido grupo de ciudadanos, guardaron un minuto de silencio en recuerdo de las 17 víctimas que el terrorismo yihadista se cobró la semana pasada en la capital francesa y leyeron un manifiesto consensuado por todos los grupos políticos en el que se dejaba claro que Melilla condena no solo los “salvajes atentados terroristas” de París, sino también “todos los actos de barbarie terrorista” que grupos yihadistas están cometiendo en todo el mundo. La concentración empezó puntual a las doce del mediodía con la presencia de prácticamente todos los miembros del Gobierno local, encabezados por su presidente, Juan José Imbroda, y diputados de los cuatro grupos políticos. También estaban el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, los parlamentarios nacionales Antonio Gutiérrez y María del Carmen Dueñas, y varios de los responsables de la Administración periférica del Estado en Melilla.
Entre los presentes en la concentración destacaban los mandos de todos los cuerpos de seguridad, que recogieron el apoyo expreso de los melillenses a su “lucha diaria contra los que pretenden imponer el terror y la barbarie en nombre de una falsa argumentación de tipo religioso”. Precisamente el respaldo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado era uno de los cuatro ejes que componían el manifiesto consensuado por la Junta de Portavoces de la Asamblea, que se encargó de leer el periodista melillense Antonio Ramírez.
El documento, breve pero contundente, expresaba la condena “rotunda” hacia “los salvajes atentados terroristas ocurridos la pasada semana en la ciudad de París”. Pero también la hizo extensiva “a todos los actos de barbarie terrorista que los denominados grupos yihadistas están perpetrando en distintos lugares del mundo, masacrando a poblaciones enteras, niños incluidos”.
Se trata, según la Asamblea de Melilla, de “un repugnante atentado contra el más elemental derecho humano, la vida”. Pero además, los atentados de París suponen “un intento de coartar la libertad de expresión, que constituye uno de los pilares básicos de las sociedades democráticas y respetuosas con los derechos humanos”.
