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¿Melilla como Mónaco?

MELILLA HOY 18 05 2024

Carta del Editor

MH, 18/5/2024

Enrique Bohórquez López-Dóriga

 

Dentro de unas horas tras haber escrito, ayer, esta Carta, habré presentado, esta segunda vez en el Club Marítimo de nuestra ciudad, mi “Historia Vívida de un Editor, Melilla, España, en peligro”, sobre la historia de Melilla desde el 22 de abril de 1999 hasta el 31 de diciembre de 2004.

A todos los que asistieron a la presentación del libro el miércoles pasado – como a los que acudirán a la presentación de ayer, sábado, horas después de terminar esta Carta- les quiero hacer llegar mi profundo agradecimiento. A todos, sin excepción y con la misma profundidad y extensión, pero, por determinadas circunstancias, me alegró especialmente la asistencia al acto del presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda

En la primera presentación, el pasado miércoles en la repleta sala de actos de la Consejería de Cultura, antes Cámara de Comercio, fue especialmente emotivo para mí el volver a contactar con algunas de las personas que trabajaron en el MELILLA HOY -empezando por la Consejera Fadela Mohatar– casi desde el nacimiento del periódico, en abril de 1985. Dos de ellos, Ángel Meléndez y Jesús Andújar, ya jubilados, resaltaron que yo, a pesar de lo que muchos melillenses pueden pensar, no intervine jamás en su trabajo como redactores, que el periódico lo escribían ellos, no yo. A mí lo que me sorprendió es que muchos de los asistentes me manifestaran su sorpresa, pero lo que Ángel y Jesús dijeron es la realidad y me parece conveniente resaltarlo porque yo insisto, desde hace 39 años en el periódico, en que la libertad es vital para todos los seres humanos y sería absurdo que yo coartara la libertad de, por ejemplo, los redactores, los periodistas de nuestro periódico.

A todos los que asistieron a la presentación del libro el miércoles pasado – como a los que acudirán a la presentación de ayer, sábado, horas después de terminar esta Carta- les quiero hacer llegar mi profundo agradecimiento. A todos, sin excepción y con la misma profundidad y extensión, pero, por determinadas circunstancias, me alegró especialmente la asistencia al acto del presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, no solo por su cargo -que, obviamente, es importante- sino porque últimamente mantenemos ciertas discrepancias -como debe ser entre un político y un editor- pero también porque él ya sabía que en el libro presentado se recogían muchas de las críticas que habíamos publicado en aquellos convulsos años melillenses que van dese 1985 hasta el año 2004

En el Prólogo del libro presentado queda escrito, literalmente, que “Juan José Imbroda era presidente del partido local Unión del Pueblo Melillense” (que no te mande Madrid, era el lema del partido) y él era también, como Enrique Palacios, un enemigo acérrimo de nuestro periódico. Hoy, febrero de 2024 (cuando escribí esas líneas) lo considero, y él me repite lo mismo, que es un amigo, en vez de lo contrario. ¡Lo que va de ayer a hoy!”. Para un político medroso y rencoroso, lo fácil hubiera sido no acudir al acto de presentación del libro. Juanjo hizo lo contrario y eso le engrandece y creo que me justifica cuando, al firmarle y dedicarle el libro, le comenté: te tengo cariño, aunque no sepa muy bien porqué. Se rió y me abrazó.

Yo creo que Melilla tiene un inmenso potencial de crecimiento y sufro cuando compruebo que ese potencial no se aprovecha con la intensidad y la celeridad necesarias

Fadela Mohatar, que presentó el libro conmigo y a la que tengo cariño desde hace ya años, me dijo, con cariño, que yo era y soy pesimista sobre el pasado y presente de Melilla. Le contesté que yo soy, por naturaleza, más optimista que pesimista, quizás porque creo que cuando se quiere algo y se esfuerza uno para aprender, afronta el riesgo y soslayar las presiones, se consiguen cosas que parecen imposibles, como, por ejemplo, que el MELILLA HOY naciera y continuara vivo 39 años después de su nacimiento. Yo creo que Melilla tiene un inmenso potencial de crecimiento y sufro cuando compruebo que ese potencial no se aprovecha con la intensidad y la celeridad necesarias.

Un ejemplo, entre muchos: Mónaco, que era un villorrio insignificante y que hoy es un sitio de moda y de riqueza. Mónaco como referencia, con la dinastía Grimaldi insignificante… hasta que llegó Raniero III de Mónaco, príncipe desde el año 1949 y casado, en 1962, con la esplendorosa actriz Grace Kelly.

¿Es imposible conseguir en Melilla algo parecido a lo de Mónaco? Creo que no lo es, pero es evidente que hay muchas cosas que cambiar y que, solo con la intención, por buena que sea, no basta

Después de ascender al trono, con un tesoro público ruinoso, se propuso lograr el lustre de Mónaco y tuvo la inmensa fortuna de, en sus primeros años de reinado, contar con la colaboración del magnate naviero griego Aristóteles Onassis, que tomó el control de la Societé Bair de Mer (SBM), se convirtió en algo muy próximo al dueño de Mónaco y lo convirtió en un lugar único de juego, de lujo y de inversores. Conseguido todo eso por Onassis, en 1964 Raniero se hizo con el control de la SBM y Onassis, sintiéndose traicionado, se dedicó a otras cosas, mientras Rainero, de forma efectiva, consolidó la riqueza de la nueva Mónaco y, como príncipe de un Mónaco ya rico, fue promotor de la nueva Constitución de 1962, que redujo significativamente el poder del soberano. Los cambios terminaron con el régimen autocrático, cediendo el poder del príncipe a un Consejo Nacional de dieciocho miembros elegidos. Democracia y más libertad.

¿Es imposible conseguir en Melilla algo parecido a lo de Mónaco? Creo que no lo es, pero es evidente que hay muchas cosas que cambiar y que, solo con la intención, por buena que sea, no basta.

 

 

 

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Enrique Bohórquez López-Dóriga

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