Columna abierta

Melilla, ciudad sin ley para 30 hectáreas de zonas verdes que la Ciudad mantiene sin regulación autonómica

Guelaya propone a los partidos que se presentan a las elecciones que aprueben con urgencia una reglamentación de zonas verdes. Las áreas verdes de Melilla no tienen reglamentación autonómica. La ordenanza municipal del alcalde socialista Gonzalo Hernández está en vigor con 25.000 pesetas de multa. Los contratos mercantiles con empresas concesionarias de servicios de mantenimiento no son la manera de conservar el patrimonio natural de todas las personas de Melilla.
La ciudad de Melilla contrató con la empresa consesionaria del servicio de mantenimiento de las zonas verdes de la ciudad un pliego de condiciones en el que figuraba la conservación de 299.712 metros cuadrados, que son casi 30 hectáreas que incluyen parques, jardines, terrenos forestales, Red Natura 2000, incluyendo terrenos de propiedad militar.

Las zonas verdes de Melilla están repartidas en seis categorías en las que los parques de la ciudad suponen el 60%. En los últimos cuatro años el aumento de zonas verdes de la ciudad ha sido un porcentaje muy pequeño de las 27 hectáreas que se han anunciado, que son más, casi 30, pero no han querido decir que están incluyendo a los pinos de Rostrogordo, el barranco del Nano, el parque Hernández, el parque forestal, el parque Lobera, y en definitiva, la suma de todas las zonas verdes que son patrimonio de todas las personas de Melilla desde que el General Hernández en 1911 promoviera el parque forestal de Melilla, ahora conocido como Parque Hernández.

La legislación de referencia que la empresa consesionaria debe tener en cuenta es la ORDENANZA de Medio Ambiente de protección de las zonas verdes, aprobada por el alcalde Gonzalo Hernández como normativa municipal en 1988 y que incluye las sanciones en pesetas. Destruir el patrimonio natural de Melilla, cortando un árbol centenario o un árbol singular, cuesta en Melilla una multa de 150 euros.

Guelaya propone a los partidos que se presentan a las elecciones del 26 de mayo que no se demore más la aprobación de una nueva normativa, que además, tendrá que cumplir la empresa concesionaria, aunque no esté en su contrato, porque somos un Estado de derecho.

Las zonas verdes de Melilla son objeto de preocupación por parte de muchos melillenses que no entienden lo que se hace en las calles, por qué se quitan árboles, por qué algunos se reponen y otros no, y en definitiva, no encuentran vías de comunicación con la empresa que realiza el mantenimiento y trasladan sus quejas a Guelaya.

Una mejor comunicación de la empresa concesionaria con los melillenses solo vendría a facilitar la necesaria concienciación sobre la necesidad de conservar nuestras zonas verdes por parte de quien somos herederos del patrimonio que la ciudad atesora en zonas verdes, y por ello tratamos a los árboles como si fueran nuestros, porque creemos que son NUESTROS. No es tan importante el 1% que se haya creado en los últimos cuatro años si no se asegura la conservación del 99% anterior de zonas verdes.

Se están aplicando las mismas normas sobre desbroces en espacios protegidos incluidos en la Red Natura 2000 como espacios periféricos, los pinares de Rostrogordo, que en el Parque Hernández y eso carece de sentido. No se puede aplicar las mismas normas técnicas a un jardín que a la naturaleza, si de lo que se trata es de conservar flora y fauna.Y si en los pinares de Rostrogrodo las papeleras deben ser limpiadas “cuantas veces haga falta”, que se haga cumplir el contrato.

Si se mete dentro del mismo contrato de zonas verdes terrenos forestales sometidos a protección especial, que incluyen zonas de Especial Conservación que tienen aprobados Planes de ordenación de recursos naturales (Consejo de Gobierno de julio de 2012) junto con los parques emblemáticos de la ciudad, hay que incluir como legislación de referencia para la empresa concesionarias las leyes que protejen a los hábitat y especies que se tienen que mantener, y eso no se ha hecho, pero tiene fácil remedio tras las elecciones del 26 de mayo.

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