Recientemente, viviendo en Cádiz, mi mujer y yo hemos tenido el privilegio de conocer la bella ciudad de Melilla. Su ya cercana visión desde la cubierta del ferry en el atraque, la hospitalidad de la gente por los distintos rincones por los que nos hemos desplazado, su variada y exquisita gastronomía, sus playas, sus Museos, sus cuevas del Conventico, con acantilados y un espectacular paisaje, su Plaza de Toros, única existente en toda Africa, su Banco de España, su Casino Militar, su ruta modernista, de corte catalán y con un valor artístico difícilmente inigualable (obra del Arquitecto Enrique Nieto), sus aljibes, fosos, fuertes, cuevas, etc., hace que nos hayamos enamorado de ella, en breves horas de estancia.
Y para completar los buenos momentos pasados, en el Parque Hernández, tuve el honor, junto a cientos de civiles, de volver a jurar ante nuestra Bandera, acto muy emotivo y organizado por el laureado Regimiento de Caballería, Alcántara número 10.
Volveremos por dicha ciudad y acompañados, ésta bella ciudad merece ser conocida y demanda darla a conocer, sencillamente porque así lo merece.
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Melilla, Ciudad de Ensueño