La Guardia Civil acumula en lo que va de año 104 agentes heridos de distinta consideración en la contención de la inmigración irregular en la valla de Melilla, la mitad en el intento de entrada del pasado 24 de junio, en el que murieron, al menos, 23 inmigrantes en el lado de Marruecos, según cifras oficiales de dicho país.
La directora general de la Guardia Civil, María Gámez, que ha presidido la celebración de la patrona del Cuerpo en Melilla, ha destacado el “coste muy doloroso” que para el instituto armado tienen todas las intervenciones contra la inmigración irregular y ha expresado su solidaridad con todos los agentes heridos.
“Este año se han vivido momentos muy difíciles, mucho. Situaciones que son una auténtica tragedia, como el intento de entrada del pasado mes de junio, con la pérdida de vidas humanas al otro lado de la frontera. Sentimos dolor y rabia por la muerte de personas envueltas en la desesperación que huyen de sus países en busca de una vida mejor”, ha afirmado.
La directora general de la Guardia Civil ha destacado el “servicio de especial relevancia en la protección de ese perímetro fronterizo y el control de la inmigración irregular” que presta el Cuerpo “en la frontera sur de España y de Europa”, y ha agradecido a los agentes el esfuerzo que hacen en su control de la frontera, “una tarea realmente compleja”.
Ha puesto de relieve el respeto a los Derechos Humanos en esta tarea de la Guardia Civil en la frontera, así como “la valentía y el compromiso” que emergen entre los efectivos del Cuerpo en estos servicios de contención de la inmigración irregular.
Asimismo, ha mostrado su apoyo a todo el personal de la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla y los miembros del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) que actúan en el control de la frontera, así como los integrantes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de Melilla, que afrontan la presión migratoria por mar.
Modernización de la valla
La directora general ha manifestado que el Gobierno ha abordado tres importantes líneas de actuación para la mejora del perímetro fronterizo, una de ellas la modernización del vallado, con un plan que incluye la instalación de estructuras más eficientes y la mejora de cuestiones técnicas.
En concreto, se ha llevado a cabo la sensorización del vallado para dotarlo de capacidades de detección temprana, y se han desplegado drones de última generación para la vigilancia de esta zona.
Un segundo eje de actuación es el aumento del número de efectivos de la Guardia Civil, ya que entre 2011 y 2018, se perdieron más de 6.000 efectivos, de los cuales ya se han podido recuperar algo más de la mitad; y el tercero es la estrategia de cooperación con los países de origen y tránsito, “esencial para el control y la ordenación de los flujos migratorios”.
Además de la lucha contra la inmigración irregular, Gámez ha destacado que la Guardia Civil actúa en Melilla contra los delitos de odio, controla el tráfico de armas y hace “un extraordinario trabajo de prevención y protección ante posibles amenazas terroristas”, además de combatir el tráfico de drogas.
«Apoyo expreso»
La directora general de la Guardia Civil ha subrayado que su forma de “agradecer” y mostrar su “apoyo expreso y significado” al trabajo de la Comandancia de Melilla es acudiendo a celebrar el acto de la patrona del Cuerpo, en el que ha estado acompañada por el teniente general Mando de Fronteras y Policía Marítima, Juan Luis Pérez Martín.
En el mismo acto se han impuesto numerosas condecoraciones, una de ellas a uno de los 104 agentes heridos este año en la contención de la inmigración irregular, que tuvo que ser intervenido en junio y al que la directora general se ha referido en su discurso asegurando que es “plenamente consciente de los riesgos” del trabajo que desarrollan en la frontera.
En el acto, además, ha tenido lugar un reconocimiento a los guardias civiles por sus años de servicio y un homenaje a un guardia civil retirado, y se ha rendido honores a los guardias civiles caídos en acto de servicio.
