Marruecos sacó ayer pecho de la labor de vigilancia y control que desempeña para impermeabilizar las fronteras de Ceuta y Melilla. Según los datos que puso sobre la mesa el Ministerio del Interior del país vecino en su balance de gestión fronteriza durante los tres últimos años, han sido cerca de 200 los intentos de entrada masiva a las dos ciudades autónomas que ha podido evitar en ese tiempo. Además, también ha desarticulado más de 300 mafias dedicadas al tráfico de seres humanos. Estos datos los ofreció ayer el secretario general del Ministerio del Interior, Nureddin Boutayeb, en una comparecencia en la hizo un repaso de los resultados que ha obtenido la política migratoria de Marruecos desde 2013. Aquel año, el país vecino reforzó el control en las zonas limítrofes de Melilla y Ceuta para hacer frente a la mayor presión migratoria que se empezó a dar en la frontera sur de Europa. Especialmente sobre la valla de nuestra ciudad, que vivió en 2014 el peor año de presión en sus fronteras.
Cabe recordar que aquel año se registraron unos 70 saltos masivos a la valla fronteriza, de los cuales 31 se saldaron con al menos una entrada. Todos ellos sumaron más de 16.000 intentos individualizados de entrada clandestina a través del perímetro fronterizo, pero al final solo consiguieron su objetivo de entrar a Melilla alrededor de 2.200, apenas el 14% del total.
En 2013, un año antes, hubo más intentos de entrada, concretamente 92 saltos masivos a la valla, de los cuales 35 se consumaron con alguna entrada. Se contabilizaron unos 5.200 intentos de entrada individualizados, y de ellos casi 1.050 consiguieron acceder, es decir, una quinta parte del total.
Los datos de Marruecos
Estos datos podrían haber sido mucho más abultados de no ser por el mayor control que Marruecos empezó a desplegar en el monte Gurugú, donde los inmigrantes se asientan a la espera de poder cumplir su sueño de poder llegar a Europa. Según las cifras facilitadas ayer por Nureddin Boutayeb, las autoridades marroquíes frustraron 190 saltos masivos en las fronteras de Ceuta y Melilla desde 2013.
También ese mayor control se estableció en las costas para intentar evitar la salida de pateras. El responsable del departamento de Interior alauita cifró en 26.000 los inmigrantes a los que impidió salir en patera hacia las costas españolas.
Respecto al control policial, Marruecos sostiene que ha desarticulado 320 organizaciones criminales dedicadas al tráfico de seres humanos desde África hacia el viejo continente.
En cuanto al proceso de regularización de inmigrantes emprendido por el país alauita en 2014, Nureddin Boutayeb apuntó que se sometieron a ese trámite la gran mayoría de quienes lo solicitaron, concretamente unos 23.000 inmigrantes, de los cuales casi una cuarta parte fueron refugiados sirios, y una quinta parte, personas procedentes de Senegal.
Al hilo, indicó que Marruecos otorgó estatuto de exiliado a 680 personas, casi la mitad procedentes de Costa de Marfil, y que también pagó el retorno a sus países de origen a unos 5.000 inmigrantes.
